Kiko Rivera tira de álbum para recordar a su padre y a su tío Bernardo Pantoja

El hijo de Kiko Rivera, totalmente apartado de su madre y su hermana, comparte una imagen de Paquirri y su tío Bernardo juntos

Kiko Rivera
Instagram @riverakiko
Montse Jolis
Montse Jolis

Periodista especializada en corazón y sociedad

Hubo un tiempo en que en Cantora reinaba la felicidad. Y son esos tiempos a los que Kiko Rivera (38 años) se remonta para recordar que él también fue feliz y no como ahora, en que está peleado con prácticamente toda la familia. Kiko Rivera no se habla con su madre, Isabel Pantoja, ni con su hermana, Isa. Ha recuperado, eso sí, el trato con su prima Anabel Pantoja –algo es algo–, pero vive centrado en su mujer y en sus tres hijos, el mayor, nacido de su relación con Jessica Bueno, tiene diez años, y las niñas nacidas de su matrimonio con Irene Rosales, de siete y cinco años.

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Irene Rosales

Es curioso, porque Kiko Rivera siempre había sido un chaval muy familiar, muy apegado a su madre, a sus tíos y, sobre todo, a su abuela. Adoraba a su hermana Isa y siempre tuvo una gran complicidad con su prima Anabel. Ahora, salvo con Anabel, Kiko ya no se habla con nadie. Quizá por eso, de vez en cuando se pone nostálgico, como ahora, que ha compartido una simpática foto de su padre, Paquirri, al que no pudo conocer porque falleció cuando Kiko apenas tenía nueve meses, y su tito Bernardo, el padre de Anabel, al que estaba muy unido y que falleció el pasado 25 de noviembre. En la imagen podemos ver a los dos cuñados riendo a carcajadas durante una reunión familiar en Cantora. "Estoy seguro que en el cielo seguís con esta sonrisa. Papa, tito. Simplemente os echo de menos ❤️", ha escrito Kiko.

Kiko Rivera

"Os echo de menos", escribe Kiko Rivera al recordar a su padre, Paquirri, y a su tío Bernardo Pantoja.

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A sus problemas familiares, Kiko debe sumar sus problemas de salud. Hace años que sufre ataques de gota, tiene diabetes y, tal y como él mismo reveló, tiene también problemas de adicciones. En octubre pasado sufrió un ictus, por suerte, de carácter leve, y por si esto no fuera suficiente, Kiko Rivera sufre ahora una dolorosa afección, una fascitis plantar en su pie izquierdo. "Mirad cómo tengo el pie, con una fascitis plantar del carajo... Tengo el pie como un mollete de Antequera. Me han mandado las plantillas, que ya las tengo puestas, y están haciendo su trabajo, pero me duele tela... Soy un pingüino andando ahora mismo. En cuanto se me quite, volveré a caminar y a caminar... como Forrest Gump... ¿Sabéis el dolor que se siente? La putada que es no poder moverse", explicó en sus redes sociales.

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