Kiko Rivera está indignado. Vamos, está fatal. El hijo de Isabel Pantoja no levanta cabeza y la evolución de la situación carcelaria de su madre lo tiene en un sin vivir.
El último golpe que ha recibido la familia de la tonadillera ha sido la resolución del tan esperado tercer grado, que no ha sido ni de lejos, la que esperaban, mucho menos la que deseaban.
El pasado jueves la Junta de Tratamiento se reunía a primera hora de la mañana para debatir las condiciones del tercer grado que se le había concedido a la cantante. Las condiciones, finalmente fueron las siguientes: a Pantoja se le va a aplicar la modalidad basada en el artículo 83.3 según la cual tendrá que ir a dormir de lunes a jueves a prisión (estará de 8 de la noche a 11 de la mañana en el centro) y podrá pasar el fin de semana en su casa junto a su familia.
Con esta modalidad, la cantante podrá trabajar los fines de semana, y dedicarse a dar conciertos para recaudar el dinero que necesita para saldar su deuda con la justicia.
Pantoja, sin embargo, no está del todo conforme con esta resolución. Para empezar porque supondría dormir en un módulo diferente al que estaba hasta ahora, por lo que ha mandado un escrito para que le reserven la que ha sido su celda hasta el momento.
Pero esto no ha sido lo que más ha decepcionado al clan, sino la resolución en sí, ya que todos esperaban que a Isabel se le diera un régimen de semilibertad que le permitiera ir a firmar dos veces al mes.
Un deseo que no se ha cumplido y que ha provocado la ira del hijo de Isabel que ha explotado en las redes sociales.
Kiko ha tenido palabras (y nada buenas) para todo el mundo, pero su principal objetivo ha sido el gobierno del PP al que acusa de utilizar a su madre como chivo expiatorio: "Es de vergüenza lo que estáis haciendo con ella es la cabeza de turco de este país", se ha lamentado el dj.
Isabel estrenará su primer grado en 20 días y disfrutará de 'vacaciones de Navidad', por lo que podría salir en Nochebuena y no volver hasta el día de Reyes.