La última gala de ‘Supervivientes’ estuvo llena de emociones. La sorpresa de la noche fue para Laura Matamoros, que después de dos meses y medio, pudo volver a abrazar a su hermano Diego. Muy emocionada, la superviviente no pudo contener las lágrimas, un momento que su padre, Kiko Matamoros no quiso perderse desde plató. El colaborador de ‘Sálvame’ reconoció haberle gustado mucho este reencuentro entre sus dos hijos: "Me ha encantado ver a mis hijos abrazarse".

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Después de ponerse al día y degustar una pizza en compañía de Argentina, una mujer aborigen que se encargó de vigilar que los hermanos no cruzaran información del exterior en su esperado encuentro, tocó el momento de despedirse. Pero antes de decirse adiós, Diego le quiso entregar a su hermana una carta escrita por su padre: "Pedí a papá que te escribiese y nada, esta es la carta que te ha escrito”, le explicaba el tertuliano.

La joven, muy emocionada, reconoció que era la primera vez que su padre le escribía unas palabras. Con la voz entre cortada, la novia de Benji Aparicio empezó a leer las primeras frases del escrito: "Te pareces demasiado a mí como para no saber lo que pasa por tu cabeza en determinados momentos y conocer tu respuesta con anticipación...".

Laura se sorprendió al intuir que entre su padre y hermano ha habido un acercamiento durante todo este tiempo, a lo que el exsuperviviente le contestó: “Lo que consigue ‘Supervivientes’ no lo consigue nadie”. Antes de volver a palapa, Laura quiso gritar su amor públicamente por su padre: “Papá, muchas gracias, te quiero mucho".

Kiko y Diego han unido fuerzas y han dejado sus diferencias de lado, para defender a capa y espada a la concursante. Padre e hijo han acercado posturas gracias a la propia Laura e incluso cuando Diego se enteró de su viaje a Honduras se prestó a que fuese su padre: "Yo cedería mi plaza a mi padre para visitar a Laura en Honduras".