El nivel de exigencia de MasterChef cada vez es más complicado. Los concursantes no solo deben enfrentarse a pruebas de cocina casi imposibles, sino que, además, deben tomar decisiones que afectan el rumbo del programa y, de rebote, generan enemistades dentro de los equipos. Víctor tuvo que enfrentarse a uno de estos trances en la última emisión. Debía elegir un miembro del equipo para darle, directamente, el delantal negro. No dudó. La víctima fue Ketty y, claro, no le gustó un pelo. “Te vas a cagar”, respondió con gran enfado. El buen rollo brilla por su ausencia...

Artículo recomendado

Lista de concursantes confirmados de 'MasterChef Celebrity 3'

Jaime Nava MasterChef

Era uno de esos giros de guión que tanto gustan a los organizadores de MasterChef. Cuando los concursantes creen que lo tienen todo controlado, les cambian el plan de forma radical. Anoche mismo ocurrió en el último capítulo del talent de cocina. Los aspirantes se habían organizado en dos equipos cuando uno de sus capitanes tuvo que tomar la decisión más dura. Debía mandar a la eliminación a un miembro de su equipo. Le tocó a Víctor decidir.

El concursante lo tuvo claro. Eligió a Ketty. “Creo que es un rival muy fuerte. Creo que es muy buena en los equipos”. Como argumento, contando que se encuentran en una competición, no tiene pero que valga. Quitarse a los fuertes de delante para poder llegar a la final. Aunque, evidentemente, a la 'nominada' no le hizo tanta gracia. “Te vas a cagar”, soltó en cuando pronunciaron su nombre. “Voy a sabotear su equipo desde dentro”. Un pronto que no gustó a sus compañeros.

Yo no quiero ser mala pero tampoco voy a ser tonta”. La sed de venganza instalándose en un concurso que, hasta ahora, había pecado de demasiado buenismo. No es el primer MasterChef que tenemos por delante. Víctor se defendía alegando que tenía otro concepto de la competición y el compañerismo, pero a Ketty tampoco le servía de nada. El problema vino cuando, como ya se suponía, brilló en la prueba y no tuvo que enfrentarse a la eliminación. Las cartas están ya sobre la mesa.

Ketty pudo salvarse a sí misma y acabó derrumbándose. “No quiero que me vean como el monstruo”, se lamentaba entre lágrimas. No es que consiguiese muchas simpatías con su número final. Un paso en falso hace que la competición dé la vuelta. Y Ketty es buena. Una rival fuerte, por mucho que le pese. ¿Conseguirá reencontrarse con sus compañeros? Todo reality necesita un 'villano' y en MasterChef, este año, parece que hay cola.