Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

 

Hay amores que matan. Es una lección que tuvo que aprender Jennifer Lawrence anoche por la fuerza, mientras era asediada por un grupo de fans.

 

La actriz visitó el miércoles 12 el programa de David Letterman en Nueva York para presentar la primera parte de ‘Sinsajo’, de la saga de ‘Los Juegos del Hambre’. Una multitud de seguidores y admiradores de su trabajo la esperaban desde primera hora de la tarde en la entrada ansiosos por tener una foto o un autógrafo de su ídolo.

 

El incidente se produjo a la salida del show, después de que la chica hubiera derrochado desparpajo y naturalidad ante las cámaras. Cuando salía, quiso dedicarle unos segundos a sus fans, quienes se pusieron muy nerviosos ante la proximidad de Lawrence. Primero ella se acercó a un grupo, para después ir a otro, a pesar de que la seguridad que la acompañaba se mostraba reticente. Fue en este segundo acercamiento a la gente que la esperaba cuando se produjo el momento de mayor tensión. La barrera de metal que mantenía separados a los chicos de su ídolo casi se vino abajo con la presión que estos ejercían. Todos querían tocarla. Entonces, sus guardaespaldas se la llevaron en volandas. Y a juzgar por la cara de pánico de la actriz, no sabemos qué le dio más miedo, si la reacción de su seguridad o la de sus fans.

 

Jennifer sabe que es importantísimo el apoyo de sus seguidores, por eso, cuando fue abucheada a su llegada al edificio ya que no se paró a firmar autógrafos, sabía que debía detenerse a la salida. Y así lo hizo, aunque esto le valiera un buen susto.

 

Durante el show pudimos ver a Jennifer muy relajada, salvo cuando llegó el momento de superar una de sus peores pesadillas: cantar en público. “He tenido la misma voz desde que tenía 8 años” dijo, haciendo referencia a ese tono grave y algo ronco que gasta la actriz. Este ‘trauma’ vino motivado por sus padres, que la animaban a hacer todo lo que ella quisiera y le decían que era capaz de todo. Hasta de cantar. Fue en una actuación delante de toda su clase cuando era niña cuando descubrió su talón de Aquiles. “Mi voz sonaba como una versión desafinada de Amy Winehouse”.