Irma Soriano, una expulsada envuelta en polémica

La presentadora se ha convertido en la tercera finalista de GH VIP 5 en su semifinal

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Irma Soriano prefería no mojarse en GH VIP 5 pero acabó el concurso de convivencia empapada de arriba abajo. Como quien sale de las montañas rusas acuáticas propias de los parques de atracciones, claro que lo que mojaba a la jiennense no era agua, sino polémica. El público escogió que la presentadora abandonara anoche Guadalix, quedándose a las puertas de la final finalísima del reality.

Para empezar, cuando Jordi pronunció su nombre como expulsada, se quedó estupefacta. En shock. Sin mover un músculo. En plan, si parpadeo a lo mejor no me ven y puedo llegar a la final. No daba crédito, ya se había imaginado abrazando el maletín. Pero tuvo que marcharse. Y su llegada a plató fue una de las más esperadas, tanto por sus fans para aplaudirle, como por sus detractores para abuchearle. Aída, Toño y Alejandro, en su comedia del arte personal, idearon un teatrillo en el que la recibieron de espaldas, con caretas y cantándole ‘que la detengan que es una mentirosa, malvada y peligrosa…’. Tema compuesto por Abad. Todo por los royalties, como bien le dijo Jordi. Irma ya se olía la tostada: no se lo iban a poner fácil sus excompañeros.

Pero la que más reproches tenía para ella era la que menos gritaba. Emma Ozores no se ha mordido la lengua cuando ha confesado haberse sentido defraudada por Irma, a quien consideraba una amiga, pero tras haber visto algunos vídeos, lo duda. “Me doy cuenta de que yo era tu amiga y la tuya no era una amistad real, pero que le vamos a hacer”, decía la hija de Antonio Ozores que está convencida que mientras ella estaba centrada en las emociones, la andaluza lo estaba en el concurso.

Irma se enfrentó a una noche complicada en la que Aída era el eco de sus palabras y de las de Jordi. La vallisoletana, entre crítica y crítica, también aprovechó para soltarle de sopetón que pensaba denunciar a su marido por agresión. Según lo narrado, este le levantó la mano mientras estaban fuera de plató, algo que Jordi, pese a la insistencia de Nízar, no ha podido constatar.

Ante todas estas acusaciones, Soriano ha procurado mantener la calma en todo momento, solo se ha venido a bajo cuando ha visto a su hija mayor, Triana, romperse. Entonces se le ha acercado y le ha pedido perdón por todo lo que ha tenido que soportar mientras ella estaba concursando. Y le ha dado las gracias por su excelente comportamiento.

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