Estamos en un sinvivr. A medidas que pasan las horas y los días el escándalo sexual por antonomasia del verano (y hasta del año nos atreveríamos a decir) se complica más y más. El pasado viernes Olvido acudió al 'Deluxe' por segunda semana consecutiva para volver a recrearse en su historia de que hace tres años durante unos meses mantuvo relaciones sexuales con Alessandro Lequio. El conde, obviamente, ante esta situación afirmó en 'El Programa de Ana Rosa' que él no anuncia jamás que va a poner una demanda, sino que "yo las pongo". De modo que más temprano que tarde todo apunta a que la de los Yébenes va a recibir una cartita en su buzón.

Eso sí, a ella le da muy igual todo lo que vaya a pasar. Y es más, Olvido ha contado a 'Vanitatis' que está tranquilísima y que "no he dicho nada de lo que me tenga que arrepentir. Insisto que yo no fui la que di el nombre y por lo tanto que cada cual asuma sus responsabilidades. Estoy encantada de que haya un juicio porque así se sabrá toda la verdad. Y a lo mejor soy yo la que tomo medidas. Son cosas que tengo que tratar con mis abogados".

La exconcejala sigue excusándose en la premisa de que en ningún momento ha salido el nombre de Lequio de su boca (no puede decirse lo mismo de María Patiño). Pero nos quedamos con ese "así se sabrá toda la verdad" que es toda una amenaza. ¿Qué es lo que tiene que contar de más sobre este 'affaire'? Si el pasado viernes en el polígrafo afirmó que no guarda ningún whatsapp subidito de tono de aquella época, ¿qué otra prueba puede verificar su testimonio? Tenemos culebrón para largo.