EXCLUSIVA Yiya desvela los secretos de 'Supervivientes': "Hugo Sierra le ha tomado el pelo a Ivana y a todos"

"El tormento que te produce el aburrimiento y la incapacidad para salir de él", asegura Yiya para 'Lecturas'. La concursante tiene claro que lo peor de 'Supervivientes' no es el hambre ni los mosquito. "Eso te hace abrir puertas que nunca hubieras querido, y que ni siquiera sabes que te atormentan".

Entre tanta penuria, Yiya no ha podido evitar recordar el episodio más traumático de su vida. "En esa soledad, le puse nombre y asumí qué padecí anorexia desde los 12 hasta los 18 años, lo controlaba todo, viví cosas muy feas", explica en exclusiva. "Todo empezó por un comentario, yo no estaba ni gorda, estoy más ceporra ahora. Un tío mío me tocó la pierna. Me dijo 'gruesota' Esa navidad adelgacé 8 kilos".

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"Me servía comida y, cuando mi madre se iba a la cocina, la devolvía a la fuente. Manchaba el plato, si tenía comida en la boca hacía como que tosía y me limpiaba la boca y echaba la comida que tenía", asegura la exsuperviviente. Yiya, con todo el dolor que supone revivir el pasado, confiesa que fue su madre quién vio todo. "Me dejé sin tirar de la cadena, la comida sin masticar envuelta en un papel. Mis padres nunca quisieron llamarlo por su nombre, pensaban que era una tontería de la edad. Nunca fue una tontería de la edad. Era mentalmente inhumano, una gran autodestrucción".

Empezaron bien pero todo se fue torciendo. Yiya tiene muy claro cómo es Ana María Aldón y lo que quiere. "Ana María es una folclórica frustrada y tiene un afán de protagonismo superlativo", asegura para 'Lecturas'. "Es muy egoísta y avariciosa. Entiendo la decepción que ha sufrido Rocío". De ser una de sus amigas pasó a ser una completa desconocida. Fue entonces cuando Yiya entendió más a Rocío.

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Pese a que la organización llegó a llamarle la atención por el comportamiento que estaba teniendo con Rocío Flores, lograron terminar el concurso más o menos reconciliadas. Con todo, Yiya no olvida lo que ha vivido con la hija de Antonio David. "Fuera de cámara, Rocío ponía caras despectivas, con altanería y prepotencia", nos explica. "Llegó a decir que con lo que ganaba le daba para comprar un piso y un coche".

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