EXCLUSIVA Jorge Javier responde a la espina clavada de su madre: "¿Por qué nunca me dijiste que eras gay?"

"¿Por qué nunca me dijiste que eras gay?". Jorge Javier Vázquez es consciente que una pregunta tan directa merece una respuesta sincera, clara, pero que exprese la gran complejidad del contexto al que se refiere su madre, María Morales. "Por miedo". "¿Miedo a qué?", la Mari le invita a seguir, a abrirse. "A ver, estamos hablando de hace 30 años, o así...", se justifica el presentador.

La respuesta no deja satisfecha a su madre, que le reprocha haberla querido tener al margen: "Se lo dijiste a tu hermana en vez de a mí". Jorge se defiende al confesar que le pidió su palabra a sus hermanas para que no se lo revelaran, porque pretendía tener una conversación con ella cuando estuviera preparado. "No me hicieron ningún caso", se lamenta el querido bloguero de Lecturas.​

"Lo primero que hicieron fue llamarte y al rato me llamaste tú. Al principio te quedaste un poco parada. (...) Creo que te dio rabia que no te lo contara", continúa buscando una reacción de María. "Si yo ya lo sabía, Jorge. ¿Te crees que yo no lo sabía? Que más da", confiesa a su hijo en un momento especialmente íntimo de la conversación que han mantenido en las páginas de nuestra revista. 

El escozor del recuerdo se intensifica ahora en Jorge Javier con las palabras de su madre: "¡Claro que da! Mi plan era ese y no se cumplió. ¿No te das cuenta de que en aquel momento yo pedí una cosa que para mí era importante y no lo hicieron?".

A pesar del dolor, Jorge y su madre saben que sus palabras están sanando muchas cuestiones enquistadas. "Me hubiera gustado hablar contigo y ver qué hubiera pasado", le dice a María con cariño y recordando cómo le molestó que entonces ella y sus hermanas le dejaran al margen por lo ocurrido. "¿Desde qué edad lo supiste?", ha querido saber por último Jorge, para acabar de cerrar ese episodio.

Su madre, generosa, le responde con la misma franqueza que ha exhibido él al hablar de cómo desveló su orientación sexual: "Desde que eras pequeño. El caso es que a mí que fueras gay me daba lo mismo, me daba exactamente igual. El único miedo que tenía es pensar en cómo está la vida. Que está mejor que antiguamente, pero continúa siendo jorobado".

Finalmente, la Mari, con ese cariño de madre, le expresa lo orgullosa que está de él, aunque sin dejar de expresar sus preocupaciones: "Siempre estuve muy contenta, incluso tenías un tacto más suave que los demás, más cariñoso. Antes eras más hablador y más familiar. (...) No digo que me dejes de querer ni mucho menos. Pero claro, nosotros queremos que seas parlanchín y estés siempre contento".