“Lo mejor para mis hijas era que el matrimonio se rompiese”. Elena Tablada (42 años) lo tenía clarísimo cuando, el agosto pasado, se separó del padre de su hija menor. Ella y Javier Ungría (42 años) se habían casado en una boda por todo lo alto, con varias celebraciones, en el año 2018. La pareja llevaba junta desde 2016, cuando el empresario y la diseñadora se enamoraron perdidamente. Pero, igual de intenso que fue su noviazgo, lo está siendo también su separación. Los protagonistas de la ruptura ya no se muerden la lengua y han convertido a los medios  en una especie de jueces de línea, que observan el juego de uno y de otro lado; sin tener muy claro cuál de las dos partes ha marcado más tantos. Aunque esto, a ella, le enfurezca enormemente. "Esto no es un juego, es la vida real". 

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Elena Tablada responde tajante a las últimas palabras de su ex, Javier Ungría

Elena Tablada responde tajante a las últimas palabras de su ex, Javier Ungría Europa Press

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“A Elena le ha tocado vivir una montaña rusa llena de inestabilidad, noches sin dormir, preocupación cuando él salía y llegaba a casa a altas horas de la madrugada”, publicó la revista Semana el pasado mes de febrero. “Ella pensaba que Javier era el hombre de sus sueños y de un día para otro se dio cuenta de que era todo lo contrario”. Entonces hablaba alguien del entorno, pero, conforme las semanas pasaron, ella hizo suyo este mismo discurso.

“Esta ruptura (en comparación con la de David Bisbal) ha sido más dura. Más cruel”, definía. Para ella, el fin de su matrimonio, “fue sorpresa”, tal y como reveló en un acto solidario al que acudió en febrero de este año. “Con el tiempo, te alegras de que esto haya pasado ahora y no más adelante”. 

 

El proceso legal entre ambos no iba a resultar sencillo ni amable. Ella aseguraba que solo iba a pelear por lo que a su hija le correspondía y para que las dos hermanas siguieran juntas. Tablada solo deseaba para su pequeña que su vida no sufriera cambio cambio alguno, tras el fin del amor entre sus padres.

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En abril de este año, esta madre de dos niñas afirmaba lo siguiente, “me va a costar mucho volver a confiar en otro hombre”; y ya, sin atisbo de disimulo, revelaba que se había sentido engañada durante su matrimonio. “Pensaba que no, pero hasta para eso estaba engañada (…) Poco a poco van saliendo revelaciones, aunque eso ya no importa, enterarte a toro pasado de cosas, ya no sirve de nada”; dijo en un evento al que acudió. 

Pasados unos días, su ex pedía la palabra y consideraba que todas estas declaraciones tan solo obedecían a estrategias de Elena Tablada de cara a su inminente juicio. El empresario se mantenía firme a su versión de confiar en la justicia y no querer continuar polemizando. “Solo peleo por mi hija, nada más”; aseguró entonces. 

El drama salpicaba también a la matriarca de las Tablada, Elena; quien, por supuesto, salía a defender a su hija.“Prefiero que no me cuenten nada hasta que todo no haya acabado. Yo le quiero muchisimo, al igual que quería muchísimo a David, aunque estuvieran peleados”; y  manifestaba que tenía buena relación con Ungría. “Yo no me metía en la casa, y desde fuera lo veía todo muy bien”, decía sorprendida por todo lo que se estaba diciendo. Además, defendía a su hija de las críticas que la acusaban de aprovechada. “A ella no le hace falta el dinero. Ella ha ayudado a Javier muchas veces”.

A Elena Tablada, que su ex haya tachado de “estrategia” sus declaraciones en las que le acusa de haberle sido desleal, le enfurece. “Esto no es un juego. Esto es la vida real”. Le molesta que responda a sus declaraciones y le parece que se está frivolizando con este asunto.

La cuenta atrás para su cara a cara ante el juez ha empezado y ninguno piensa ir a este encuentro sin usar sus mejores armas.