¿Cómo llega alguien a pensar que puede criticar el físico de los demás como si no pasase nada? ¿Qué le lleva a coger su cuenta de twitter y arremeter contra la imagen de alguien por el motivo que sea? Hemos llegado a un punto en el que ya no entendemos nada. ¡Basta ya! Dejemos de juzgar a los demás por su peso, su altura o su color de pelo. Esto no puede tolerarse. Ojalá todo el mundo fue tan contundente como la actriz Blanca Suárez con aquellos que se atreven a criticar por criticar.

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Estar de vacaciones y que venga un impresentable a amargártelas. Eso le ha ocurrido a la actriz Blanca Suárez. Mientras apuraba los últimos días de agosto -después de tomarse un más que merecido y espectacular descanso-, la interprete ha tenido que lidiar con una desagradable polémica que se ha generado a través de redes sociales. Una que, desgraciadamente, aparece cada poco tiempo y contra la que tenemos que luchar todos con fuerza y tesón.

De repente, un twittero decidía meterse con el físico de la actriz. “A Kundogan le ponen las gordas. Primero Blanca Suárez y luego Anna Simón. La siguiente será Falete”, escribía en su perfil de esta red social. Pero, no contento con esto, ante los comentarios críticos de otros usuarios, decidía ahondar en el asunto y publicar un mensaje tan poco afortunado como el siguiente: “¿Hace falta que te enseñe las fotos cuerpo escombro de Blanca Suárez?”. ¡Pero qué demonios es esto! ¿CÓMO QUE 'CUERPO ESCOMBRO'?

La actriz, eso sí, decidía tomarse un respiro en sus vacaciones y responder con contundencia a los mensajes. “Cariño, la sociedad va como va gracias a seres como tú”, escribió Suárez a través de su cuenta. “Gracias por aportar tu opinión sobre mi cuerpo, ahora la humanidad dormirá tranquila”. ¡Bravo Blanca! Rápidamente, decenas de usuarios corrían a aplaudir su gesto y vitorear la respuesta de la actriz. Claro que sí. Estas cosas no se pueden tolerar.

Hasta que no consigamos que la gente deje de juzgar a las personas -sobre todo, a las mujeres- por su físico, no pararemos. Estamos muy hartitos del body shaming y de señalar con el dedo como si aquí no pasase nada. Lo hemos dicho y lo repetimos: ¡Basta ya!