El de ayer fue un día de altibajos en la familia real británica. Isabel II y Felipe de Edimburgo celebraron su 72 aniversario de bodas y recibieron felicitaciones muy bonitas de los miembros de su familia. Por la tarde el día se empañó cuando el príncipe Andrés hizo público el comunicado en el que anunciaba que se retiraba de la vida pública. Dos hechos que afectan a la reina de Inglaterra de manera muy distinta. El primero porque es motivo de felicidad. El segundo porque es una de las grandes preocupaciones que Isabel II tiene en la actualidad. Pero lejos de quedarse en casa tras la publicación del escrito de su hijo, ella continuó con sus compromisos oficiales.

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príncipe Andrés

No había pasado ni media hora desde que se conoció la noticia de que el duque de York dejaba a un lado la vida pública cuando su madre Isabel II reapareció en un evento que tenía programado en su agenda. Todas las miradas estaban puestas en la reina de Inglaterra. Ver cómo se encontraba en este día tan lleno de emociones era lo más esperado. Pero ella, que ya cuenta con mucha experiencia en esto de gestionar los conflictos personales, hizo aparición como si nada hubiera pasado. La monarca estaba a lo suyo. Tenía que entregar un premio y se mostró muy cómoda, amable y no dejó de sonreír durante el acto. Durante los años que lleva en el trono Isabel II siempre ha encontrado un gran refugio en su trabajo y ayer lo volvió a demostrar.

Isabel II

Y además sacó a relucir su sentido del humor. Cuando tuvo que firmar en el libro de visitas, tenía que poner la fecha. Bromeó con los allí presentes diciendo que no recordaba qué día marcaba el calendario, algo que hizo que los asistentes se quedaran con cara de desconcierto. ¿Cómo no iba a recordar una fecha tan especial para ella como la de su boda? Unos segundos más tarde Isabel II comenzó a reír y dijo que estaba bromeando y que por supuesto sabía cuál era la fecha.