La reina Letizia, de blanco en la misa inaugural del papa León XIV, cumple con el protocolo con una delicada mantilla y el vestido midi de escote asimétrico más elegante

Este domingo, 18 de mayo, la plaza de San Pedro se llenaba de adeptos para acoger la misa que marca el inicio del pontificado de León XIV. En la primera fila le aguardaban los reyes Felipe y Letizia, quienes como monarcas católicos han representado a España en este acto solemne desde un lugar privilegiado. 

Al mismo tiempo que el nuevo pontífice hacía su tradicional paseo en papamóvil, los miembros de la realeza iban ocupando su lugar en las primeras filas. Alberto y Charlene de Mónaco eran de los primeros en llegar, allí se reunían con Victoria de Suecia, Felipe y Matilde de Bélgia y Máxima de Holanda, que se sentaba en la segunda fila por una razón de protocolo, y es que en este tipo de actos se da prioridad a las monarquías católicas por encima de las protestantes.

Como era de esperar, doña Letizia ha hecho uso del privilegio 'du blanc' que se le concedió en 2014 como reina católica, y que le da la posibilidad de vestir de blanco en sus encuentros formales con el Papa. Aunque ha descartado la peineta, exclusiva de las reinas españolas, la mujer de Felipe VI estaba impecable con un vestido de largo midi y detalle  drapeado en la zona del hombro. 

La reina Letizia, radiante de blanco en la misa inaugural del papa León XIV

Para esta cita histórica, doña Letizia ha estrenado un vestido blanco de la firma españoña Redondo Brand con el que ha lucido radiante. Se trata de un diseño de manga larga y corte midi, con un favorecedor escote asimétrico creado por drapeado en forma de nudo confeccionado en crepe color blanco, que ha cumplido a rajatabla con la solemnidad del acto. 

Merece la pena destacar que es la primera vez que vemos a doña Letizia con velo de encaje blanco desde que contrajo matrimonio con Felipe de Borbón hace 21 años, y aunque ha preferido no hacer uso de la peina, lo cierto es que le sienta a las mil maravillas. 

La madre de Leonor y Sofía, ha completado su estilismo con unos sencillos salones nude y bolso blanco. Respecto a las joyas, la Reina ha optado por uno de sus pendientes favoritos cuando se trata de elevar cualquier look, las perlas australianas. Realizados en oro blanco y diamantes, tienen la particularidad de que se pueden hacer más largos o cortos en función de los gustos de la consorte. Tampoco faltaba su anillo 'Love' de Coreterno, del que no se separa desde que don Felipe se lo regalara hace dos años por Navidad.

A su lado, un Felipe VI regio con el uniforme de gran etiqueta del Ejército de Tierra acompañado por el fajín de Capitán General y la banda azul celeste de la Orden de Carlos III. 

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El privilegio 'du blanc' de la reina Letizia en Roma

Como era de esperar, doña Letizia, como el resto de reinas católicas, han hecho uso del privilegio 'du blanc'. Se trata de una distinción que permite a ciertas reinas y consortes de monarcas católicos vestir de blanco en audiencias con el Papa. Este privilegio refleja de una forma visual a través de la estética "la tradición y la historia de la Iglesia que de alguna forma se ha mantenido con algunas excepciones y adaptaciones a lo largo del tiempo", contaba a Lecturas la experta en protocolo María José Gómez Verdú. 

Este privilegio se concedió inicialmente a la Reina de España, en ese entonces doña Sofía, como muestra de gratitud por su fidelidad a la Iglesia Católica en una época de tensiones religiosas en Europa. Y posteriormente, se extendió a otras reinas y consortes en Italia, Bélgica y Luxemburgo. Una diferenciación con otras royals con las que queda patente "su estatus y la relación especial con la Santa Sede". 

 

De Máxima de Holanda a Charlene de Mónaco: cónclave real en Roma

Además de los reyes de España, también han acudido a esta cita religiosa otros miembros de la realeza europea como Alberto y Charlene de Mónaco, que ha seguido la estela de doña Letizia al vestir de blanco, además de Victoria de Suecia, Máxima de Holanda o Felipe y Matilde de Bélgica, entre otros. 

Tras su plantón en el funeral del papa Francisco, la presencia de Máxima de Holanda era muy esperada. La monarca, que este sábado celebraba su 56 cumpleaños, ha dejado a un lado las celebraciones para hacer frente a sus obligaciones institucionales.