Se trata del viaje que confirmaba la recuperación total de Harald de Noruega: una visita de Estado a Jordania -la primera de los reyes a este país-, como punto de partida de una gira oficial por Oriente Medio. Con motivo de este desplazamiento, se ha celebrado una ceremonia de bienvenida en el Al Husseiniya Palace de Amman, dedicada a los soberanos noruegos.

Para esta recepción protocolaria, la reina la reina Rania ha apostado por una elección con la que, una vez más, ha vuelto a deslumbrar a las cámaras. La esposa del rey Abdalá II de Jordania ha defendido un estilo clásico y minimalista, muy alejado de su imagen más transgresora, con un impecable un vestido blanco. Como remate perfecto, la royal ha escogido dos complementos estratégicos: el bolso brazalete de piel marrón, firmado por la Maison Halaby Roma; y unos stilettos con estampado tropical de la Casa Dior.

Rania de Jordania
Gtres

El modelo blanco es una creación estratégica que permite adaptarse fácilmente a distintos tipos de silueta gracias a su corte cruzado. Un plisado frontal ayuda a crear una ilusión óptica que adelgaza. Un mismo efecto que se consigue al ajustan esta prenda al cuerpo con un cinturón muy fino, un truco que utiliza mucho Kate Middleton.

Por la noche, la soberana cambiaba de estilismo y apostaba por uno más colorido y llamativo. Ha sido en la cena oficial de gala celebrada en honor de sus invitados cuando Rania ha brillado más que nunca. Su elección se ha compuesto por una preciosa falda larga en azul klein con un dibujo estampado en el lateral en dorado que iba a juego con la blusa elegida. Un diseño de cuello elevado con mangas fluidas que se ajustaba a la perfección a su figura.

Rania de Jordania
Gtres

En esta ocasión, la reina de Jordania ha lucido joyas en dorado y un pequeño clutch caja azul, a juego con su falda. Además, el complemento más llamativo de la noche ha sido un llamativo reloj que, por norma general, no suele lucirse en este tipo de actos y que le aportaba un toque más casual a su elección.