Charlene y su mala relación con las ‘otras’ princesas de Mónaco

La tensión y la revalidad entre Charlene y Carolina de Mónaco comenzó hace más de una década y aún perdura

La princesa Charlene y Carolina de Mónaco

GTRES

Lucía Camino

Periodista especializada en Casas Reales

24 de mayo de 2023, 15:18

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La relación de Charlene Wittstock con sus cuñadas, Carolina y Estefanía de Mónaco siempre ha sido la comidilla del país y ha transcendido a nivel internacional. Algo pasó en algún momento entre ellas que hizo que lo que durante el noviazgo de Charlene con Alberto todo fueran risas y complicidad, quedara ensombrecido por una cortina de hostilidad y desplantes públicos. 

El príncipe Alberto conoció a Charlene en las Olimpiadas de Sidney en 2006 pero no fue hasta 2009 cuando la pareja da un paso al frente y hace pública su relación. El eterno soltero de las monarquías europeas parecía ponerle fin a ese estado civil y comienza una nueva vida junto a la ex nadadora olímpica. Este romance sigue su curso y la pareja, no exenta de polémicas, se casa el 2 de julio de 2011 en el palacio Grimaldi, en Montecarlo.

 

Carlene y Alberto de Mónaco pasan junto a las princesas Estefanía y Carolina 

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Cuando comienza la rivalidad entre Carolina y Charlene de Mónaco

Son muchos los desplantes y las ausencias de Charlene en eventos a los que debería haber acompañado a su marido y a su cuñada Carolina, pero no lo ha hecho. Pero ¿desde cuándo comienza esta mala relación entre las dos princesas de Mónaco? Pues al parecer todo empieza en la boda de Alberto y Charlene. 

El día que la sudafricana pasó por el altar para darle el 'sí quiero' al heredero de la familia Grimaldi parece que fue uno de los más turbulentos de su vida. Fue tras la ceremonia religiosa, en el banquete, cuando se produjo un error de protocolo que podría ser uno de los causantes de esta guerra fría entre las dos royals. 

La persona encargada de asignar los sitios para el banquete fue Françoise Dumas, una de las mujeres que se encarga de organizar todo tipo de eventos de la alta sociedad, que hizo un cambio el protocolo habitual, no se sabe si por error o a conciencia. Lo correctamente establecido en estas situaciones es que a la derecha de la novia se siente su padre, como así fue, y a la izquierda del novio la madrina, que en este caso fue su hermana Carolina. 

En esta ocasión no fue así, en lugar de sentarse la hija de Grace Kelly al lado de su hermano en la mesa presidencial, ese puesto fue ocupado por la madre de la novia, Lynette Humberstone Wittstock. Este gesto no pasó inadvertido para Carolina de Mónaco que se sintió excluida de la mesa de honor de los novios en un día tan especial para su hermano. 

Ese día, Carolina terminó almorzando con el rey Alberto de Bélgica y el gran duque de Luxemburgo. Al ver que nadie puso remedio a la situación de cuál debería ser su sitio en la mesa principal, decidió a partir de ahí sentenciar a su cuñada y castigarla con su indiferencia. 

Otra de las teorías de la mala relación entre ambas royals es que Carolina pareció percibir casi inmediatamente los problemas que tenía Charlene para adaptarse a la vida social y a sus nuevas funciones como miembro de la realeza monegasca. Carolina piensa que en muchas ocasiones Alberto no debería haber ido solo a un evento cuando su esposa podría haberlo acompañado. 

En una ocasión, Charlene declaró a los medios que "Mónaco es un lugar poblado de tiburones y víboras", palabras que sin duda quedaron grabas en la memoria de todos los periodistas que lo interpretaron como un dardo directo a Carolina de Mónaco.

Según escritor Philippe Delorme, que ha publicado varios libros sobre los Grimaldi, afirma que "Alberto eligió una esposa que se parecía a su madre, y Charlene claramente se sintió muy incómoda en este papel de Grace Kelly que querían que interpretara". 

El cariñoso abrazo de Charlene y Carlota Casiraghi

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¿Qué relación tiene Charlene con el resto de la familia Grimaldi?

Aunque muchas personas hagan extensiva la mala relación de la princesa de Mónaco con el resto de la familia Grimaldi, lo cierto es que la única con la que Charlene parece tener distancia es con la primogénita del clan. Con Estefanía tiene una relación cordial, no son confidentes ni mejores amigas pero tienen una relación más fluida que con Carolina. 

Con los hijos de ambas también existe una buena relación, de hecho, en uno de los últimos eventos en los que se pudo ver junta a la familia Grimaldi al completo, se observó cómo Carlota Casiraghi y Charlene se saludaban efusivamente con un sentido beso y abrazo. Un imagen inédita pero que muestra que las rencillas familiares no van más allá. 

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