Blanca Suárez: "Mis ex han sido importantes, no pueden desaparecer de repente"

Blanca Suárez GHD
Pedro Pernía

Dani Martínez le ha tirado la caña, pero, Blanca Suárez dice que se la tira a todas…Como si ella fuera cualquier cosita… Pero es que Blanca está a otra cosa. No es que se haya desesperanzado con el amor, es que, sencillamente, no lo busca. “La vida no puede girar en torno a si estás enamorada o no”, dice muy en su papel de chica fuerte, ahora ¿que le gustaría tener el corazón henchido y “estar histérica de amor” todo el día? Sí, pero por el momento, está tranquila sola. Tanto incluso que queda con sus ex a tomar algo. Tampoco es que formen parte del día a día, porque reconoce que no se puede pretender que ahora sean sus muy mejores amigos. No obstante, con una madurez casi escandinava, opina que si fueron tan importantes en su vida un día, no tienen por qué desaparecer hoy.

 

La actriz, escultural con un vestido a cuadros de Oscar de la Renta, presentaba unas planchas para el pelo, un compromiso publicitario más en el que confesó que con Martínez solo le unen amigos comunes, que el peinado de la reina Doña Letizia jamás se lo haría y que lo que a ella le haría sentirse como una idem está aún por definir porque “a veces una minuciosidad basta, y otras nada nada te anima”.

 

Estás más delgada, Blanca,

- Qué va. Lo que estoy es oprimida. Voy a presión.

 

Ay lo operación bikini…

- Qué va. Yo no puedo… Me gustan demasiado los spaghetti.

 

Y más rubia

- Es que es adictivo.

 

Siempre estás estupenda, pero ¿ alguna vez has tenido un drama capilar?

- Todas hemos tenido una crisis en ese sentido. De quemarme el pelo, jamás, porque eso habría sido dramático, pero de cortarme dos deditos y que al final, te corten siete, sí.

 

¿Y lloras en la peluquería?

- En la peluquería no, en casa… ¡sí!

 

¿Eres de experimentos?

- Me cortaba con trece años el flequillo… Hacía mis tintes, mis potingues… Con mis amigas, nos teníamos unas a las otras… Pero pasó el tiempo y me di cuenta de que si hay peluqueros, es por algo.

 

¿Hay foto?

- Sí, las hay, que se quemen ahora mismo.

 

Recuerdo que hubo un momento en que llevabas el pelo rosa…

- En el corte no me paso nada, ahora en el tinte, siempre. Y me dio mucha rabia quitarme el rosa. Llevaría el pelo de todos los colores, pero mantener el pelo azul o rosa, entre proyecto y proyecto, es inviable.

 

En las alfombras rojas siempre esperamos a que llegues porque fulminas, ¿es elección tuya o te dejas aconsejar?

- Me dejo aconsejar siempre. Toda persona que te da un consejo, tiene algo bueno que ofrecerte. Yo soy fácil en ese sentido, porque pruebo y, no soy de decir NO de entrada, aunque a primera vista lo que me enseñen sea un cuadro. Te das cuenta que luego, en foto, todo cambia.

 

Por cierto, ¿te ha gustado el corte de pelo de doña Letizia?

- Me gusta mucho, la veo muy guapa. Yo no me lo haría porque me da miedo el corte de pelo, pero está muy bien.

                    

Tú… ¿en casa? ¿ llevas rulos?

Con GHD ya no hace falta ponerse rulos. Con la tecnología ganas mucho tiempo. Nunca me he puesto rulos, pero tardaba un montón en arreglarme, ahora, en veinte minutos, tienes unas ondas maravillosas.

 

Entonces, ya no te pregunto si bajas a tirar la basura en chándal…

Bajar la basura, no… Depende de si veo la cosa tranquila… pero a pasear el perro…

 

No me digas que eres chandalera

- El chándal, bien utilizado, en el momento justo, con la compañía adecuada, puede ser digno.

 

Y ahora me dirás que con tacón…

- ¿Con tacón? Eso no se hace.

 

Nunca te vamos a ver con un pelo de aquella manera o una camiseta raída.

- Pues me gustaría que la gente viera que las personas públicas no siempre vamos maravillosas como salimos en las portadas…

 

¿Hay algo que no te guste de ti?

- Sí, pero no lo diré jamás, a ti no, que me lo vas a mirar con lupa.

 

Va, ¿y que te guste?

- Me gustan mucho, mis ojos y los labios y tal.

 

Ahora que lo dices, ¿con la mirada se conquista a un hombre o cuesta que miren más arriba del cuello?

- No lo sé. Quiero creer que sí.

 

Qué hay de esos rumores que dicen que has vuelto con Dani Martín…

- ¿Sí? No sabía nada. Pues me sorprende…

 

¿Y?

- Pues que no, lo que pasa es que cuando llevas una vida más o menos tranquila, estas cosas vuelven. Son cíclicas.

 

Porque tú te llevas bien con tus ex…

- Hombre, tiene que pasar tiempo para que se conviertan en el mejor amigo, pero… Al final, la gente que has querido o ha estado en tu vida, tiene que estar ahí ¿no? No sé. Si han sido muy importantes en mi vida, no pueden desaparecer de pronto.

 

¿Crees en las segundas oportunidades?

- No. Ahora mismo… Las cosas van surgiendo. Y habrá ochocientas oportunidades de que sí o de que no.

 

Como con Miguel Ángel Silvestre con quien se te fotografió en Londres viendo 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'

- Claro, porque es un ejemplo de que te puedes llevar bien con un ex.

 

¿Pero forma o no parte de tu vida diaria?

- Coincidimos. Mis amigos son los de todos los días, los del colegio… Con Miguel Ángel no quedo todos los días a tomar un café, la verdad, pero si quedamos, claro.

 

Con Dani Martínez hay más que cenas.

- Somos amigos nada más.

 

Hay fotos de ambos…

- No sé de qué cena hablas, pero alguna habrá sido, claro, porque tenemos muchos amigos en común… Y quedamos el grupo.

 

¿Te tira la caña?

- Uy, se la tira a todo el mundo.

 

Porque desde que rompiste con Dani o tú te escondes muy bien o es que no hay chico a la vista…

- Ambas cosas… No, estoy muy tranquila y bien como estoy. No hay nadie, pero es que también, si lo hubiera, hay un punto en el que no te puedes esconder más. Y no voy a hacer túneles tampoco.

 

No buscas el amor entonces…

- Es que las cosas llegan. Todo a su tiempo. Ahora, estoy en una situación maravillosa. Que cuando estás enamorada lo es, estás histérica todo el día, pero así, ves la vida de otra manera y estoy feliz. La vida no puede girar entorno a si estás enamorada o no. Es que si estás pensando en eso todo el día, no vives. Así tienes tiempo para tus amigas, tu familia, para ti…

 

Pero el amor es muy importante

- Claro que lo es, pero si no lo tienes ¿qué? ¿lo forzamos? ¿Lo compramos?

 

O sea, que te dejas llevar…

- Ay síiiii.

 

Así descansamos de los comentarios de las madres…

- Y que lo digas: De los "qué fuerte Blanca, ¿esto es verdad?" O los “Esto no me lo habías contado eh?”… Aunque mi madre ya empieza a saber un poco cómo va esto… Y cada vez me pregunta menos.

 

Ahora, rodando también

- Acabo de terminar 'Mi gran Noche' con Alex de la Iglesia, y sigo rodando 'Carlos rey Emperador'.

 

¿Cómo ha sido trabajar con Alex de la Iglesia?

- Me ha gustado mucho trabajar con Alex, sumergirme en su universo. Tiene unas ideas y un planteamiento de las cosas muy fascinante. Es como un cuento. El no tiene limites. Es como cuando te juntas con un niño pequeño que disfruta y disfruta y cuanto más juega, más loco se pone. Es genial verle la cara.

 

¿Y con Raphael?

- Es un ser muy especial. Es un profesional maravilloso, una persona que está en su sitio todo el tiempo, y no como nosotros que nos volvemos locos. Y me ha gustado mucho sentir cómo disfrutaba hacer la película, que le daba mucha adrenalina.

 

¿Impone una estrella como él?

- Al principio. En la primera lectura estábamaos impresionados todos. Jo, ¡qué fuerte! ¡qué fuerte! Es Raphael, luego… Paras y te pones a trabajar no puedes bloquearte.

 

Pero tu has rodado con Almodóvar que son palabras mayores a la hora de hablar de que alguien te imponga… Por cierto, no estás en su última película ¿qué ha ocurrido?

- Jo, que me encantaría poder haber estado en su película pero no puedo pretender estar en todos sus proyectos. He trabajado dos veces seguidas con él, ya me parece un logro, un sueño. ¿Querría una tercera? Sí, pero aunque te lleves bien en tu vida personal, no puedes pretender que te esté siempre contratando. Aunque sea amigo tuyo.

 

En 'Carlos rey Emperador' eres la Reian Ana de Austria, ¿qué te hace sentirse como una reina?

Depende del día. Hay veces que una minuciosidad te basta para sentirte bein, y otras en la que nada nada te anima.

 

Por Luis Nemolato

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