Así pasó Camilo Blanes de heredero de 'la estrella' de su padre a peligro para sí mismo

La verdadera historia del hijo de Camilo Sesto, Camilo Blanes; de máxima actualidad por su dramático descenso a los infiernos de las adicciones

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Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

9 de mayo de 2023, 12:39

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Contar la historia de Camilo Blanes (39 años), Camilín, y ahora Sheila Devil sin contar la de su padre, Camilo Sesto, es casi imposible. La sombra del Jesucristo Superstar es muy alargada, pero aquí vamos a tratar de hacerlo. Y es que, quizás por eso, porque resulta imposible desvincular al joven de la estrella, por lo que hoy nos enfrentamos a uno de los mayores casos de ‘juguetes rotos’ de los último años.

Camilo Blanes, el bebé más deseado que fue una sorpresa para todos

Estamos en España, en el año 1983. Camilo Sesto es uno de los reyes indiscutibles de la música y está volviendo de México. No vuela solo. Le acompañan Lourdes Ornelas, una joven mexicana que lleva en sus brazos al bebé de la pareja. Nadie, hasta entonces, sabía de la existencia de una novia de Camilo, y, mucho menos, de que esta estuviera esperando un hijo de él.

Camilo Sesto, en su Mansión de Torrelodones. Casa que heredaría su único hijo

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El pequeño ha nacido en México, sin su padre. Sesto está trabajando, de gira, muy posiblemente. Enfrascado en aquello en lo que ha basado su vida: su carrera. Deseó ser una superestrella y lo logró. Quiso tener un hijo. Y también lo hizo. Sin contarle nada a nadie. En absoluto secreto. Tenía 37 años, había alcanzado la gloria y ahora, buscaba un heredero, su digno sucesor al que transmitir todo su legado. Había algo hasta épico en su deseo. La elegida para hacerlo, había sido una fan. “Lourdes pasó a ser amiga y de amiga, a amiga íntima y de amiga íntima, a eterna amiga. Y ahora es una persona indispensable en mi vida”, contó en la primera entrevista que concedió para presentar al mundo entero a su orgullo.

“Ya tengo mi hijo, y no quiero ocultarlo ni un segundo”, decía esto con la boca llena, repleta de orgullo. El mismo orgullo que le hacía pronunciar, “no pienso casarme con la madre de mi hijo. Está todo muy aclarado y muy explicado entre ella y yo”. El soltero de oro tenía que seguir siéndolo, sabía que su éxito venía de esas fans que fantaseaban con la idea de que le susurrara al oído: “algoooo de mí, aaaalgo de mí”. Había que mantener viva la fantasía, como fuera.

Pues bien, estamos en los principios de los años ochenta, Camilo Sesto ha hecho realidad su sueño de ser padre y se instala con su nueva familia en la casa que ha hecho construir en Torroledones. La misma que, años más tarde, Camilín heredería y desde no pararía de llamar a cadenas de pizza a domicilio. La misma mansión donde recibe paquetes a nombre de Sheila Devil y la misma donde sus amigos le visitan en una juerga sin fin.

La marcha de Camilín a México y su vuelta a Madrid por obligación

Las cosas en la mansión de Torrelodones no fueron fáciles, más bien todo lo contrario. Lourdes decidió que su hijo y ella estarían mejor en México, y volvieron al país que les había visto nacer. El orgullo de Camilo no se lo permitió. Logró que el niño regresara a España, tenía que ser criado por él. Estaba llamado a ser su heredero y debía impregnarse de su esencia. El cantante argumentó que tenía mayores posibilidades económicas que la progenitora del menor y que la justicia debía concederle la custodia. Y así ocurrió. El pequeño volvió a España, volvió al chalet de Torrelodones y volvió a las paredes cuajadas de discos de oro. Volvió a su cárcel de cristal.

Camilo Blanes empieza a acompañar a su padre en algunas entrevistas. Mira al suelo, se muerde los labios. Su padre le toca el rostro, con cariño. Le anima a que hable más alto, a que proyecte la voz. Le preguntan si es difícil ser hijo de un papá famoso como el suyo, “¿eh? ¡no!”. También reconoce que el día de mañana le gustaría seguir sus pasos, “me acerco más a eso”, dice, pensando que lo tendría más fácil. Con los años descubriría que no.

El niño repite lo que su padre le ha dicho, a veces, hasta le pasa un pañuelo para que se seque el sudor durante la entrevista. Es casi su mano derecha. Le conoce medio mundo y tiene a su alcance toda clase de lujos, pero se siente triste. Camilo Jr empieza a echar de menos a su madre, que vive en México. Ella no le visita todo lo que le gustaría, económicamente no puede. Pero el arista, uno de los que más trabajan y con más patrimonio, tampoco facilita estos encuentros madre e hijo. Se dice entonces que él desea apartarla.

Camilo Blanes quiso seguir los pasos de su padre, Camilo Sesto

Una estella demasiado pesada

En cuanto Camilo Blanes puede decidir por sí mismo, hace las maletas y se marcha a México para esta al lado de su madre. Se convertirá en su mayor defensora, la mujer que no le dejará y velará por él. Papel que, veinte años más tarde, sigue representando. Su gran soporte, la que nunca le falla ni en las horas más bajas.

Su padre le había inoculado su profesión. Lo había mamado desde niño. Había crecido con las sesiones de composición, con los conciertos, con las giras. Con las luces y con las sombras de ser artista. Y todo le parecía bien al joven Camilo. Quería eso mismo. Quería aquello a lo que había estado llamado a querer. Pero pensó que en España lo tendría difícil. Todo el mundo le conocía y compartía nombre y apellido co su progenitor. Siempre iba a ser Camilín o Camilo Séptimo, como le llamaban en tono de broma. Así que lo intentó en América. En 2013 saca su primer y único disco, ‘Es lo que siento’; un trabajo realizado bajo la batuta de su padre, del que parece no querer desprenderse del todo, y del que habla con gran orgullo. A él le dedica el proyecto. “Es un orgullo tener un padre como el que tengo, y quiero demostrárselo. Todo lo que he aprendido de él va conmigo. Está en mi sangre".

Camilo prueba suerte en el mundo de la música, tras marchar a México

2019, Camilo Blanes heredero universal de una enorme fortuna

El 8 de septiembre del 2019, Camilo Sesto fallece a consecuencia de un fallo renal. Su hijo no se encuentra en Madrid pero vuela para despedir a su padre, su héroe. El joven atrae toda la atención de la prensa, pues acaba de convertirse en el heredero universal de la estrella. A su nombre pasan la casa de Torrelodones, donde vive a día de hoy, decorada con el gusto setentero con el que la proyectó Sesto, una parcela de más de dos mil metros cuadrados, una casa en Las Rozas y otra en Marbella. Además de todos los ahorros del artista, que se especuló con la posibilidad de que este pasara un mal momento económico antes de su muerte, pero lo cierto es que poseía dos millones de euros, además de todo lo que genera sus éxitos en cuestión de derechos de autor que se ha calculado que podrían ser más de 200.000 euros al año.

Camilo se convierte en el heredero universal de su padre y se instala en Madrid, al igual que su madre, Lourdes Ornelas

El fin de Camilín y el nacimiento de Sheila

Camilo Blanes no regresar a México. Se queda en la enorme casa en al que creció y no tiene claro qué hacer con su futuro. ¿Seguir intentándolo en la música? ¿Centrarse en su nueva vida como rentista millonario? No lo tiene claro. Tiene 39 años, dos más de los que tenía su padre cuando él nació; pero, definitivamente, sus vidas no tienen nada que ver.

Está completamente perdido. Además, la preocupación por la salud mental del hijo de Lourdes Ornes va en aumento. Ella, además, está angustiada por las adicciones que presenta su único descendiente. No se rehabilita y está sumido en una profunda espiral de autodestrucción, acompañado por amistades que, como indica su progenitora, solo le alientan a seguir retando a los que de verdad se preocupan por él.

En mayo de 2023, Camilo Blanes se presenta al mundo como Sheila

Ha cambiado su identidad. Ahora es Sheila. Sheila Devil. Luce pelucas y se fotografía en tanga, comiendo pizza en la cocina cada vez menos blanca de esa mansión que heredó. Se presenta al mundo como “creador de vídeos”. Tiene los dientes marrones, rotos. “Ya no puedo hablar con él. No tengo a nadie de confianza”, decía recientemente Lourdes, de lo más preocupada por él. “Todos se mueven por intereses. Camilo solo me tiene a mí y a su novia, María. Él es un adulto y no podemos hacer nada. No puedo inhabilitarlo. Solo puedo estar pendiente de él. Legalmente no puedo hacer nada. Cuando estuvo en el hospital solo tenía un 4% de vida, ahí sí que podía tomar yo decisiones, pero ahora no puedo”, dijo Ornelas hace solo dos semanas. Su hijo ha estado ha punto de perder la vida hasta en dos ocasiones en un mismo año. Ahora solo desearía acunarle como cuando pisó por primera vez España con él en brazos en aquel 1983 cuando todo parecía fácil.

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