El terror de Angelina Jolie (39) por llegar a desarrollar cáncer de mama, de útero o de ovarios ha culminado con la extracción de los ovarios y trompas de Falopio. Un procedimiento para nada extraño si cuando, como ella, tienes esa mutación genética que la predispone a ser una más que probable paciente de esta clase de cánceres femeninos. Su madre y su tía fallecieron a causa de ellos, y Angelina le ha querido poner remedio antes de que sea demasiado tarde. Por eso, hace 2 años, comenzó su particular via crucis quirúrgico. Doloroso, sí, pero también tranquilizador para ella, que ha desarrollado pánico a la enfermedad. En 2013 se extirpó las dos mamas. Esta mastectomía pretendía frenar la posibilidad de desarrollar tumores malignos en la zona, por lo que, aunque fue doloroso, se alegró de someterse a este procedimiento quirúrgico.

 

Ahora, en 2015, ha vuelto a tumbarse en la camilla para que los médicos completen lo que comenzó dos años atrás. Y es que la idea de Angie no era quedarse en una doble mastectomía, no, ella quería erradicar del todo las posibilidades de desarrollar estas clases de cáncer y para ello debía someterse a la extracción de ovarios y trompas. La preocupación de Jolie creció cuando, en una de sus revisiones rutinarias, su médico le alertó sobre los resultados arrojados tras su test sanguíneo, en el que se hallaron más altos los niveles de inflamación, lo que podría significar un cáncer de ovario en una etapa temprana.

 

Me dije a mí misma que estuviera tranquila, que me mantuviera fuerte y que no tenía ninguna razón para pensar que no viviría para ver a mis hijos crecer y conocer a mis nietos”, escribió la actriz y directora en una carta publicada por el New York Times. “Llamé a mi marido a Francia, que estaba a horas de viaje en avión. Lo hermoso de estas situaciones en la vida es que todo está muy claro. Sabes para lo que vives y lo que realimente importa. Te aclara tus prioridades y te llena de paz”.

 

Así que tomó la decisión de inmediato. No había tiempo que perder. Visitó al cirujano que operó a su madre y le comunicó su deseo. Este la obligó a esperar 5 días para saber qué determinaban los resultados de las pruebas, pero ella ya estaba decidida. Y lo más importante, sin miedo. “Pasó esos cinco días en una nebulosa. Los días transcurrieron entre partidos de fútbol de mis hijos y ejercicios para mantenerme tranquila y concentrada. El día que llegaron los resultados del TAC fueron negativos, lo que me llenó de felicidad (…) aunque todavía cabía la posibilidad de que existiera un cáncer en estadio temprano, pero esa era una preocupación menor comparada con un tumor completo y desarrollado. Para mi tranquilidad existía la posibilidad de hacerme extirpar los ovarios y las trompas de Falopio, por lo que opté por llevarlo a cabo”.

 

La actriz, que conserva su útero y tiene que tomar hormonas, ahora entrará en una menopausia prematura. “No podré tener más hijos y ahora vendrán algunos cambios físicos, pero me siento tranquila por todo lo que está por llegar, no porque sea fuerte, sino porque es parte de la vida. Y no es nada a lo que tenerle miedo”

 

“No es fácil tomar estas decisiones. Pero es posible tomar el control y afrontar con valentía cualquier problema de salud. Puedes pedir consejo, estudiar cuáles son las opciones y tomar decisiones que te beneficien. El conocimiento es poder”, concluía.

 

Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS