Alejandra Rubio, muy pendiente de la recuperación de su madre

La colaboradora de Telecinco sigue recuperándose de la doble mastectomía a la que se sometió a principios de octubre, y su hija se ha convertido en uno de los pilares más importantes en estos momentos

22 de octubre de 2018, 12:30

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Terelu Campos sigue recuperándose en su casa después de que el pasado 6 de octubre se sometiera a una doble mastectomía para darle carpetazo de forma definitiva al cáncer de mama que ha sufrido en dos ocasiones. Durante la lucha contra esta terrible enfermedad su hija Alejandra Rubio no solo ha sido el motivo por el que ha puesto toda su energía y su fuerza por superarla, sino que ha acabado convirtiéndose en uno de los pilares más importantes y que más la está apoyando.

Este domingo, Alejandra acudía con su novio Álvaro Lobo a visitar a su madre. Una ocasión muy especial, por otra parte, pues ha tenido lugar en el fin de semana que se ha celebrado el Día Mundial del cáncer de mama, este 19 de octubre. Como muestra de apoyo a su madre y a todas las personas afectadas por esta enfermedad, Alejandra sorprendía desde sus redes sociales con un emocionante y comprometido nuevo tatuaje. La hija de la presentadora luce ahora un enorme lazo rosa en su antebrazo. Un detalle que tiene que haber conmovido a Terelu, no cabe duda.

Además, de esta novedad, madre e hija no solo deben haber disfrutado de un precioso domingo juntas, sino de confidencias, entre las que no deben de haber faltado en la conversación la gran inquietud de su hija no solo por su estado de salud, sino también por el desengaño que se ha llevado de muchas personas que han pasado por su vida, y de las que ha tenido que deshacerse.

Fue en marzo, cuando la joven 'influencer' alcanzaba la mayoría de edad. Ochos meses muy intensos en los que ha experimentado situaciones de una enorme carga emocional, como ha sido convertirse en un personaje público o el inicio de sus estudios de Moda. Aunque los más importantes han sido haberse independizado con su novio Álvaro a un piso en el centro de Madrid y, sobre todo, la enfermedad de su madre.

Para reencontrarse con su madre, Alejandra dejaba de lado el negro que tanto la caracteriza en su forma de vestir y elegía un juvenil peto a cuadros y un cardigan de punto en tono gris claro. La joven volvía a casa junto a Álvaro, con aire satisfecho, después de comprobar que su madre se recupera favorablemente de su reciente y delicada operación.

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