‘La Promesa’ está a punto de cerrar una semana. Lo hace con el ambiente revuelto después de la llegada del duque de Carvajal y Cifuentes. Esta visita inesperada no puede enterarse de muchas de las cosas que han ido pasando y se lo juegan todo. Además, la información que han conseguido Curro y Lope gracias a Esmeralda en la joyería es valiosa, aunque todavía no saben muy bien por dónde van los tiros. La mujer les ha enviado un paquete, pero ninguno es capaz de desentrañar el significado.
Manuel es el único que, a priori, respira más tranquilo entre los habitantes del palacio de Luján. Después de aclarar las cosas con Toño, su negocio de motores empieza a despegar. También su madre, Simona, que se siente mejor al conocer que las cosas en la vida de su hijo van bien. Aun así, la cocinera se ha negado a propiciar un acercamiento con él. Entre Rómulo y Emilia, las cosas se han resuelto, pero ¿durará mucho esa paz?
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Eugenia parece más tranquila ahora que ha tenido un acercamiento con Leocadia. No se espera que todo esto sea parte de una estratagema para hundirla definitivamente. Además, la nueva visita de Curro y Lope a la joyería Llop no ha servido de nada. Se encuentran en un callejón sin salida. Lo último que han sacado de eso es la sospecha sobre Jacobo y una joya que Lope se plantea regalar a Vera.
Menos mal que Manuel tiene mejores noticias. La relación con Toño va mucho mejor, aunque al joven Luján no se le escapa el nerviosismo de su socio ante la presencia del sargento Burdina. Por su parte, Catalina y Adriano deciden posponer su marcha hasta que, al menos, se vaya del palacio el duque de Carvajal y Cifuentes. Una sintonía que no tienen Emilia y Rómulo. Cuando todo apuntaba a que habían arreglado sus diferencias, surge un tema que les hace perder la confianza el uno del otro.
