Ana, de repescada a ganadora de ‘Maestros de la costura’ tras una intensa final

Son muchos los formatos que se despiden de su emisión. Tras varios debates en los que atar cualquier cabo que pudiera quedar suelto, se despedía 'La isla de las tentaciones'. Solo un día más tarde 'Maestros de la costura’ ha llegado a su fin. Tras diez semanas en la parrilla televisiva y 30 pruebas después, el concursao de La 1 ha elegido a la mejor costurera amateur de España. Esa ha sido Ana, que ha pasado de ser la repescada de la edición a la merecida ganadora.

Su afición por la costura le viene de familia. Su dedicación a ello llegó, digamos, por necesidad. "Opciones para mujeres hay muy pocas, así que empecé a hacerme la ropa para mí misma", confesó Ana en los primeros programas. A sus 22 años ya ha estudiado Ingeniería en Diseño Industrial y se encuentra en proceso de crear una marca de moda para mujeres moteras. Heredó la buena mano con la costura de su abuela, que ahora tiene 97 años, y no ha podido evitar acordarse de ella en los últimos compases del concurso. Juntas forman un equipo imbatible. Su yaya, debido a su falta de visión, recorta lana para poder rellenar peluches, mientras que Ana los confecciona. 

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Dos pruebas, dos eliminatorias para llegar al duelo final de 'Maestros de la costura'

La noche ha comenzado con Ana, Eric, Almudena y Ángel repletos de ilusión. Estaban dispuestos a demostrar su destreza con el hilo y la aguja. En la vida no todo es coser y cantar. En una final de 'Maestros de la costura, tampoco. Cada prueba ha sido una eliminatoria. La primera de la noche les ha llevado a confeccionar un look del diseñador Paco Rabanne, una de las grandes figuras de la moda de todos los tiempos. No lo han hecho solos. Han tenido las indicaciones de su sobrino-nieto Daniel Rabanne y de la vedette Norma Duval, su gran musa. 

La finca La Vega del Henares de Madrid ha acogido el segundo reto de la noche. En este enclave único de 500 hectáreas, en el que se han casado miles de parejas, han tenido que confeccionar, como no podía ser de otra manera, un vestido de novia. Con ayuda del estilista Pelayo Díaz y las actrices Juana Acosta y Lolita, los tres finalistas que quedaron han reproducido tres looks nupciales firmados por Isabel Zapardiez, T.BA y Claro Couture.

Todavía nerviosa y sin creerse hasta dónde había llegado, Ana conseguía meterse en el último duelo de la noche. Quería hacerse con los 50.000 euros del premio. Para ello, tenían que rendir homenaje a la diseñadora Vivienne Westwood con un vestido de gala que los llevase a conquistar al jurado formado por Palomo Spain, María Escoté y Lorenzo Caprile, además bajo la atenta mirada de Inma Jiménez, directora de la revista Harper's Bazaar y directora creativa del grupo Hearst. Ana lo consiguió. 

Con gran sorpresa fue la gran vencedora. No porque le faltasen dotes como costurera, sino por tratarse de una repescada que entró a formar parte de la edición después de que la organización de ‘Maestros de la costura’ la descartase en el casting final. La barcelonesa con alma de motera, de 22 años, conseguía así una plaza en el concurso después de la expulsión de Noe en el primer programa de esta edición.

Ana, un paso más cerca de cumplir su sueño

Ana ha conseguido cumplir su gran sueño gracias en gran parte a lo que su abuela, de 97 años, le ha ido enseñando a lo largo de su vida. Pasión que heredó también su madre, una empresaria que cuenta con varias discotecas y restaurantes. Después, como para todo en la vida, Ana ha necesitado perseverancia, paciencia y mucha práctica. TVE le ha premiado con 50.000 euros en metálico y el ansiado maniquí de oro. Lo mejor es que podrá seguir formándose como costurera con un curso de Diseño de Moda en el Centro Superior de Moda de Madrid, de la Universidad Politécnica de Madrid. El segundo clasificado también tiene premio. Podrá obtener el Diploma Vogue de Estilismo y Producción de Moda, impartido por Condé Nast College Spain, en colaboración con la Universidad Carlos III de Madrid.

La ingeniera lo tiene claro: quiere montar su propia marca de moda para mujeres moteras. Ahora tiene la oportunidad de seguir formándose y el dinero necesario para emprender este negocio que tanto le apasiona. Quizá también cumpla su sueño de recorrer el mundo con su moto, esta vez ataviada con ropa de su propia firma. Le queda mucho por hacer, pero, como ha demostrado en la final, ganas no le faltan.