Soy vecino de Catherine Zeta-Jones y Michael Douglas en el precioso barrio del País Vasco donde ahora viven: de mis recomendaciones a su imponente palacio

La pareja ha elegido pasar una temporada en Getxo, mientras Catherine Zeta-Jones participa en el rodaje de su nueva serie en España

Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones
Gtres

Como vecino de Neguri y testigo de su historia, no puedo evitar sentir una mezcla de orgullo y emoción al ver llegar a Catherine Zeta-Jones (55 años) y Michael Douglas (80 años) a nuestro pequeño paraíso junto al mar. Esta es una guía personal, escrita desde mi experiencia, para que descubran lo mejor de este rincón vasco que ahora se ha convertido en el hogar temporal de estos dos gigantes de Hollywood.

Panorámica de Naguri
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Dos biografías de leyenda

Catherine Zeta-Jones y Michael Douglas forman uno de los matrimonios más emblemáticos del cine internacional. Catherine, nacida en Swansea, Gales, en 1969, inició su carrera en el teatro musical antes de consolidarse como actriz de renombre en Hollywood, ganando un Óscar por su papel en Chicago y destacando en películas como La máscara del Zorro y Traffic.

Catherine Zeta Jones Michael Douglas
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Michael Douglas, nacido en Nueva Jersey en 1944, es hijo del legendario Kirk Douglas y ha brillado tanto como actor como productor, obteniendo dos premios Óscar por su trabajo en títulos icónicos como Wall Street, Bajos instintos y la producción de One Flew Over the Cuckoo’s Nest. Juntos, representan la unión de dos trayectorias marcadas por el talento, la versatilidad y el compromiso artístico a lo largo de décadas en la industria cinematográfica.

El Palacio Lezama Leguizamón: vivir la historia

Catherine Zeta-Jones y Michael Douglas han elegido el Palacio Lezama Leguizamón, en Neguri, como su residencia temporal durante el rodaje de la nueva serie protagonizada por Catherine, " Kill Jackie" para Amazon Prime. 

Esta decisión no solo resalta el atractivo arquitectónico y la historia del palacio, sino que también subraya la exclusividad y el encanto del entorno para quienes buscan privacidad y confort en un escenario único.

El Palacio Lezama Leguizamón es mucho más que una casa, es parte del alma de Neguri. Ubicado en el promontorio de Arriluce, es posible admirar su silueta imponente, con la torre central, la galería de arcos y esa biblioteca que un día fue la biblioteca privada más importante de España y que invita a perderse entre incunables.

El Palacio Lezama Leguizamón

El Palacio Lezama Leguizamón en Neguri.

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Palacio Lezama Leguizamón
Cortesía Gustavo Egusquiza

La distribución de este palacio en tres estancias principales le da un aire señorial y acogedor a la vez. Les recomiendo disfrutar de los jardines al atardecer, cuando la luz del Abra tiñe de oro las fachadas y el sonido del mar se convierte en banda sonora.

Neguri: entre la tradición y la modernidad

Neguri, cuyo nombre significa “ciudad de invierno”, nació como refugio de la élite bilbaína a finales del XIX. Aquí familias como los Ybarra, Ampuero y Lezama Leguizamón levantaron palacetes mirando al mar, lejos del bullicio industrial.

El Palacio Lezama Leguizamón en Neguri

En Neguri se han instado Catherine Zeta-Jones y Michael Douglas.

Aunque el esplendor de antaño ha dado paso a una vida más tranquila, aún se respira ese aire de exclusividad y tradición. Pasear por sus avenidas es recorrer la historia de la banca, la industria y la filantropía de nuestro país

Mis cuatro recomendaciones para disfrutar Neguri

  • Sumergirse en la historia local

Les recomiendo visitar el archivo municipal y charlar con los vecinos de siempre. Esta es una manera de descubrir anécdotas y secretos del lugar que no aparecen en los libros.

  • Pasear por el Abra

El paseo marítimo de Getxo es uno de mis lugares favoritos. Caminar junto al mar, sentir la brisa y contemplar el horizonte es entender por qué tantas familias eligieron este lugar.

  • Disfrutar los clubes sociales

Una de las mejores formas de integrarse en la vida local para Catherine y Michael es a través de los clubes históricos. El Real Club de la Galea y el Marítimo son auténticos centros de encuentro.

Aquí he compartido charlas, regatas y celebraciones que definen el espíritu de comunidad. Les aconsejo asistir a algún evento social o deportivo: es la mejor manera de conocer la esencia de Neguri y crear lazos duraderos.

  • Explorar la gastronomía vasca

Desde los deliciosos pintxos en Algorta hasta los restaurantes de alta cocina, la oferta es inigualable. Una consejo: deben probar el bacalao al pil-pil o una buena merluza a la koskera.

Personajes y leyendas locales

Neguri ha sido cuna y refugio de algunas de las figuras más ilustres de la alta sociedad vasca, cuyas historias personales reflejan el esplendor y la singularidad de este enclave. Entre ellas destacan 3 que conocí muy bien personalmente y que dejaron un recuerdo imborrable en mi barrio.

La primera; Adela Güell Ricart, nieta del conde de Güell  estaba casada con Pedro Ybarra Mac Mahón, miembro de una de las familias industriales más influyentes de la zona. Adela no solo fue anfitriona de relevantes personalidades en su palacete de Las Arenas y en la Finca Rosales de Neguri, sino que también se volcó en causas sociales y filantrópicas, como la lucha contra la tuberculosis y la promoción de la educación para jóvenes humildes, dejando una huella indeleble en la comunidad.

Otra figura emblemática fue la condesa del Abra, María de los Dolores de Churruca y Zubiría, descendiente de Evaristo Churruca, conde de Motrico y artífice del puerto exterior de Bilbao. Su vida estuvo marcada por la elegancia, la discreción y el compromiso social, y fue considerada una de las grandes damas de Bilbao y Neguri, integrando dos de las sagas más importantes de la historia industrial y bancaria vasca.

Por último, el conde pontificio de Urquijo. Ignacio de Urquijo y Olano fue el primer miembro de una familia no real en ser bautizado por un papa, Pío XII. Algunas tardes de verano con un cafecito de por medio solía contarme algunas anécdotas de la Emperatriz Zita de Austria que por petición personal de Alfonso XIII se alojó  durante años en su casa del Palacio de Uribarren.