¿Y si entender tu ciclo menstrual fuera la auténtica clave para multiplicar los beneficios del ejercicio físico, sin que eso implique hacer más en el gimnasio? Algo que pasa constantemente desapercibido por el mundo entero, por evidente que sea, es que las mujeres somos cíclicas. Tenemos la regla. Y nuestro cuerpo, nuestra energía y nuestras hormonas no son iguales a lo largo de todo el mes.
Paula Ordovás, influencer y escritora, ha compartido esta reflexión en sus redes sociales porque, tras cinco años de amenorrea, vuelve a entrenar con la regla. Y hacerlo desde la conciencia, es esencial para poder sacar el mejor rendimiento. “¡Estos días cuentan el doble!”, declara en sus redes sociales. Y nos explica por qué.
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Entrenar en sintonía con tu ciclo
Empecemos aclarando que hablamos tanto de mujeres cisgénero como de personas menstruantes en general, y en particular que estén en su periodo activo. Es decir, que no estén en menopausia ni en perimenopausia, en cuyo caso hablaríamos de otras condiciones.
Si tienes la regla cada mes, si eres cíclica, “puntual como un reloj”, entonces esto te interesa. Porque puedes usar tu ciclo menstrual para conseguir mejores resultados con tu entrenamiento.
Para ello, dividimos en cuatro fases. Fase menstrual, folicular, de ovulación y lútea.
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Fase menstrual
La fase menstrual es el comienzo del ciclo, y es en el que normalmente decimos que “estamos con la regla”. Y como resalta Ordovás, en un momento clave. “Nunca os hablaba de los días de running con la regla porque no la tenía”, explicaba en sus redes, “hoy sí puedo deciros que correr en esos días tiene un plus”.
Para ella, el plus está en las condiciones mismas en las que nos encontramos. Con bajos niveles de estrógeno y progesterona, cansancio, dolor abdominal, cambios de humor y una menor hidratación, no le cabe duda. “Estos días cuentan el doble”.
Aunque eso no significa que podamos exigirnos lo mismo que en días en otras fases del ciclo. Es “importante adaptar la intensidad, la duración y la frecuencia de tus carreras estos días. Escucha a tu cuerpo”, recomienda la influencer.
Fase folicular
Es muy probable que esta ni te suene, y es por culpa de la falta de información que las mujeres recibimos sobre nuestro ciclo. En la fase folicular empieza con la menstruación y se extiende hasta la ovulación. Es el periodo en el que el cuerpo se prepara para liberar el óvulo, por lo que aumenta el estrógeno y la hormona folículo estimulante en nuestro organismo.
Eso hace que nos sintamos llenas de energía, que poco a poco mejore el estado de ánimo. Que tengamos la mente más clara, y nos sintamos más motivadas y creativas.
De hecho, Lola Montes, emprendedora referente en salud femenina, nutrición y ciclo menstrual, explica en sus redes como aprovechar al máximo esta fase a la que ella llama “preovulatoria”.
Procura empezar con un “desayuno de colores en la montaña”, una buena caminata, aprovecha el extra de energía para darlo todo en sus proyectos y, por supuesto, no desperdicia la oportunidad de “conectar con ese aumento de libido, según me acerco a mi ovulación”.
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Fase ovulatoria
Comienza la ovulación, aproximadamente en el día 14, en un ciclo de 28 días, que ocurre cuando el ovario libera un óvulo maduro que puede ser fecundado. En este punto se produce un pico de hormona luteinizante y niveles altos de estrógenos. Es normal tener un flujo vaginal más elástico y claro, un aumento de la libido, así como sentir posibles molestias en el lateral del abdomen.
También es cuando estamos más sociables, confiamos más en nosotras mismas y nos sentimos más atractivas. Y, junto con la fase folicular, es lo que Ordovás declara como “los días de oro” para entrenar.
“Los días de oro para el entrenamiento en la mujer, en términos de rendimiento físico y adaptaciones al entrenamiento, suelen coincidir con la fase folicular y la fase de ovulación”, escribe en sus redes.
Y es que, como bien aclara, “durante estos periodos, las mujeres experimentan mayor energía y fuerza, así como un mayor rendimiento físico”.
Fase lútea o premenstrual
Y tras el esplendor de la ovulación, llega la famosa fase premenstrual, también conocida como lútea. En esta fase, el cuerpo se prepara para un posible embarazo. Si no hay fecundación, se desintegra el cuerpo lúteo y los niveles hormonales caen en picado.
Sí, aquí es donde se produce el terrible síndrome premenstrual, que trae dolores, irritabilidad e hinchazón. Pero saber todo esto también nos puede ayudar a afinar el entrenamiento.
Lola Montes, ya citada, lo explica en sus redes. “Si en tu fase premenstrual te sientes absolutamente agotada y no sabes qué hacer, aquí va un consejo”, comienza uno de sus videos. “Escúchate y descansa. Si siempre haces 10 kilómetros, prueba a no hacer más o a no forzarte. Si haces high intensity, quizá no es el mejor momento para hacer high intensity. Si vas al gimnasio, quizá no es el mejor momento para aumentar pesa”.
Esto, sin embargo, “no significa hacer yoga, solo hacer estiramiento o quedarte en casa”, añade la experta. En su caso, en fase premenstrual también sale a correr como cada mañana, pero lo hace “en mitad de la naturaleza, moviéndome, subiéndome mi capacidad, un poquito, subiendo cuestas, pero en ningún momento estoy corriendo”.
Y, añade, “muy importante, he desayunado antes de venir y el café me lo he tomado después del desayuno”. Estos pequeños trucos y consejos pueden hacer que, como ya decía Ordovás con los días menstruales, los premenstruales también valgan el doble.