El dolor es una de las emociones más reprimidas. “Nos han enseñado a escapar del dolor, a evitar todo aquello que nos incomoda, a mirar hacia otro lado cuando algo duele, dentro o fuera”, confirma la psiquiatra Marian Rojas Estapé en sus redes sociales. Sin embargo, lo cierto es que “no sentir” no es sinónimo de sanar sino todo lo contrario. El verdadero proceso de sanación reside en la capacidad de sentir y reflexionar. Eso sí, sin entrar en lo que la experta define como “barro tóxico”.
Afrontar el dolor es la mejor forma de gestionar las emociones negativas
Marian Rojas, una de las voces más influyentes de nuestro país, ha compartido a través de sus redes sociales una nueva reflexión para mejorar el bienestar y la salud emocional de miles de personas. En esta ocasión, ha apostado por el dolor. Una de las emociones más reprimidas a la vez que complicadas de controlar. De hecho, este es uno de los principales motivos por los que a la mayoría tiende a evitarlo en lugar de afrontarlo. La experta que conoce bien este asunto ha compartido cuál es la mejor forma de gestionar el dolor.
Marian Rojas Estapé
“No se trata de entrar en el ‘barro tóxico’ ni de enfrentarse a todas y cada una de las batallas que se nos presenten, sino aprender a gestionar los malos momentos y de mirar al dolor a la cara sin que nos arrastre”, señala en las primeras líneas de su publicación. Su reflexión sobre este importante asunto es clara. “La vida tiene dolor, molestia, aburrimiento, estrés e incomodidades, pero la clave del bienestar es gestionar lo mejor posible lo malo que nos llega”, cuenta.
La psiquiatra y experta en emociones aboga por afrontar el dolor y aprender de él para mejorar nuestro bienestar y nuestras capacidades personales. De lo contrario, sentiremos cómo algo que nos incomoda merma nuestros niveles de felicidad. “Conozco a muchas personas que no saben cómo enfrentarse a los conflictos o a las emociones negativas y como vía de escape, las anulan de forma automática e inconsciente”, señala sobre algunos de los pacientes que ha atendidos en sus consultas.
Ella insiste. Esta no es la forma más adecuada de gestionar el miedo. “Conlleva un gran riesgo, ya que la evitación constante de lo negativo nos lleva a perdernos una parte esencial de la vida y, muchas veces, también a desconectar del sufrimiento de los que nos rodean”, puntúa en sus redes sociales. Para entender mejor esta situación, Marian Rojas ha explicado “la cuerda del placer y dolor”.
“Cuanto más placer sientes, menos capacidad de tolerar dolor tienes”. Por el contrario, “a medida que afrontamos eso que llamamos dolor de la mejor forma posible, disfrutamos más de los placeres y alegrías”. Esta es la gran clave para gestionar no solo el dolor sino muchas otras emociones negativas como la frustración o la inquietud. Aprender a abrazarlas puede marcar la diferencia. “Recuerda que la felicidad no es un sumatorio de alegrías, placeres y emociones positivas. Es mucho más, pues también depende de haber conseguido superar las heridas y dificultades y seguir creciendo”, señala la experta con certeza.
“Es vivir con cierto gozo a pesar del dolor y el sufrimiento, en mayor o menor medida inevitables”, sentencia. Es cierto que el dolor es una de las peores emociones que podemos sentir. No deja lugar a dudas. Sin embargo, los expertos en salud y bienestar aseguran que también es necesaria para disfrutar de la vida. Compartir este sentimiento con nuestros seres queridos y recibir afecto por ello no sería posible si reprimimos las emociones negativas. Este elemento es clave para sentir el cariño de nuestro entorno y valorar las relaciones afectivas de calidad que tenemos alrededor siendo otro asunto esencial para ser felices en la vida.
El estudio más longevo sobre felicidad en adultos elaborado por la prestigiosa Universidad de Harvard asegura que mantener conexiones afectivas cálidas y cercanas mejora nuestro bienestar e incluso la calidad de vida. Tal y como expuso también en sus redes sociales Mario Alonso Puig, la ciencia ha demostrado que las personas ingresadas en el hospital que reciben apoyo emocional pueden recuperarse antes de una misma dolencia que quienes se encuentran solos. Por este motivo, cuidar de los demás es tan importante como atender nuestra propia salud.