Todo sobre la "extrema turbulencia" que afectó gravemente al vuelo de Londres a Singapur

Este mismo lunes: los expertos explican que son turbulencias imposibles de predecir, razón por la que perdió la vida un hombre y 30 pasajeros sufrieron heridas

Enrique Espada
Enrique Espada

Periodista especializado en actualidad

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Terror de Londres a Singapur para los 211 pasajeros y 18 tripulantes que fueron víctimas y protagonistas, a la vez, de un vuelo con fuertes y acusadas turbulencias. Tanto que las consecuencias fueron fatales: falleció un varón de 73 años y hubo 30 pasajeros heridos. Entre ellos, siete tuvieron que ser rápidamente asistidos de urgencia por su estado crítico.

Según la aplicación FlighRadar, este Boeing 777-300 ER que surcaba el cielo este mismo lunes fue sacudido por "turbulencias extremas repentinas", sufriendo por ello una pérdida súbita de altitud. Ante tan alarmante suceso, el piloto tuvo que declarar la emergencia médica y aterrizar en el aeropuerto más próximo en ese momento, el de Bangkok en Tailandia.

"Este tipo de turbulencias producen muchos heridos"

En ‘20 minutos’ han querido conocer en profundidad las causas y consecuencias de unas turbulencias tan extremas, por lo que han buscado a un especialista para preguntarle. Concretamente, ha sido Álvaro Gammicchia, portavoz del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC), quien ha dado luz a este asunto. "Este tipo de turbulencias producen muchos heridos" ha sentenciado, antes de explicar sus dos grandes tipologías.

El reconocido piloto ha explicado que hay que diferenciar entre la turbulencia de aire claro y la convectiva. La primera nunca se puede prever porque no está directamente emparejada al granizo, llueve, rayos o truenos, mientras que la segunda sí puede ser perfectamente detectada por los radares al estar completamente ligada a los fenómenos climatológicos propios de las turbulencias. El Boeing 777-300 ER sufrió las consecuencias de las que todavía la tecnología actual no puede predecir.

Se produce como como "una especie de bache"

"Las turbulencias de aire claro se suelen dar en la fase de crucero (el tiempo en el que el avión se encuentra ya en altitud y velocidad constante) y son las más peligrosas, ya que muchas veces no estamos prevenidos de que están ahí. La señal de cinturón no está encendida y la turbulencia entra muy rápido, lo que provoca una variación en la altitud muy brusca haciendo que las personas se golpeen contra el techo", profundiza el también comandante para el diario de tirada nacional gratuito.

Respecto a esta “variación de altitud”, ‘20 minutos’ ha hablado también con Francisco Cruz, colaborador del Departamento Técnico del Sindicato de Pilotos de España (Sepla), quien prefiere referirse a ella como "una especie de bache". Tanto él como Álvaro comparten una hipótesis: se niegan a creer que la pérdida de altura de casi 6.000 pies del avión se deba a una turbulencia.  

"Lo más seguro es que el piloto haya realizado un descenso controlado para llegar a un aire más estable", indica el de Sepla, quien añade que en “una investigación para un accidente no se usan los datos de estas aplicaciones (FlighRadar) porque no tiene las especificaciones necesarias para recabar todo lo que hace falta".

"Me llama la atención que se haya producido esa caída en cinco minutos. O es un error en la transcripción de los datos, o realmente no está asociado a la turbulencia sino que los pilotos, para intentar escapar de la zona, piden permiso a control o declaran una emergencia y bajan directamente a un nivel inferior", explica también Álvaro para el digital español.

Se triplicarán a final de siglo

Y, como no, la cruda realidad del cambio climático también tiene mucho que ver en que en la actualidad existan muchas más turbulencias que antes. “Las de aire claro son ahora más habituales en vuelos del Atlántico Norte, Oriente Medio y cerca de Sudamérica". Algo que dice Cruz apoyado por datos tan contundentes como estos: 

Según un relevante informe del pasado año de la Universidad de Reading de K.U. publicado recientemente por 'Geophysical Research Letters', las turbulencias que se acontecen en el Atlántico Norte, ruta muy transitada en el mundo, crecieron en un importante 55 por ciento en muy pocas décadas, entre 1979 y 2020. Pero lo peor estaría por llegar, según las previsiones de tan prestigioso estudio: se pronostica que lleguen a triplicarse para finales de este siglo.

Pero, si esto finalmente es así, jamás supondrá ninguna inseguridad para la vida de los pasajeros de cualquier avión comercial. Gammicchia tranquiliza a los usuarios explicando que "en el caso de que el avión sufriera algún daño no tienen efecto en ese vuelo concreto y se haría una actuación especial de mantenimiento al llegar a tierra”. Algo que de nuevo comparte Cruz, quien incluso se atreve a asegurar que "no hay posibilidades de que un avión se caiga por una turbulencia, los criterios de certificación de la aeronave son increíbles, las alas no se pueden romper".
 

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