Ya están todos en Roma. Los 133 "purpurados" con licencia para votar han llegado a la capital italiana para incorporarse a las últimas congregaciones del Colegio Cardenalicio antes de que comience la gran reunión, este miércoles, 7 de mayo, en la que elegirán al sucesor del papa Francisco.
En un mapa que mira hacia Italia o Filipinas, pocos son los expertos que vaticinan que el nuevo pontífice pueda ser español. Todo puede pasar y en un cónclave las sorpresas están servidas, así que el "papable" entre los de nuestro país es Juan José Omella (79 años).
Es natural de Cretas, un pequeño pueblo de Teruel de tan solo 570 habitantes. Actualmente, arzobispo de Barcelona y está bien posicionado en el Vaticano. Entra en la Capilla Sixtina por los pelos, ya que está cerca de superar la barrera de los 80, por encima de la cual no hay acceso a la selección del nuevo papa.
Desde la Santa Sede, el cardenal atendía a Carlos Herrera para la 'COPE'. Muy centrado en los retos y en escuchar la sugerencia de Dios, está preparado para señalar al pontífice número 267 de la Iglesia Católica.
El 'papable' de España
El mismo día que el Vaticano confirmaba la triste noticia del fallecimiento del papa Francisco, al menos dos cardenales cumplían años. Pierbattista Pizzaballa, uno de los que encabezan las apuestas para convertirse en nuevo pontífice y Juan José Omella, el 'papable' de España, celebraban su aniversario de vida el 21 de abril.
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Les separan 19 años de diferencia y es que mientras el patriarca latino de los católicos en Jerusalén acaba de alcanzar los 60 años, el arzobispo de Barcelona ya está en los 79, a punto de cruzar la línea roja para no ser invitado al cónclave más esperado.
Si el italiano afincado en zona de conflicto podría ser demasiado joven, al turolense que dirige la Archidiócesis de la ciudad condal sería, quizás, muy mayor, para ser elegido. "Yo digo siempre que lo que tenemos que buscar es la fidelidad al evangelio. Ni progre ni retrógrado", expone su voluntad en la entrevista con el mencionado periodista radiofónico.
La suerte no está echada
El éxito de las encuestas se suele poner en entredicho cada vez que llega un cónclave, así que podemos decir que a pocas horas de que comience, la suerte no está echada y son muchos los expertos que hablan de una división en la Iglesia Católica, aunque también se prevé que sea relativamente corto.
Las cartas, en este juego de poder, no están sobre la mesa y la elección del nuevo pontífice depende de muchos factores. "El papa (Francisco) nos ha dejado un camino muy marcado, que a mi me gusta decir que ha sido la alegría del evangelio", subraya Juan José Omella antes de la gran cita.
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"Todos los cardenales que hemos sido elegidos hemos vivido con mucho gozo el sínodo donde hemos recogido todo ese mensaje y legado del Concilio Vaticano II", se congratula el arzobispo de Barcelona, quien considera que será "en el diálogo" de esas horas en la Capilla Sixtina donde encontrarán "el camino" y el perfil a elegir.
Omella sabe "a quién puede votar", pero según cómo se den los giros en el cónclave podrían pasar muchas cosas. "Al final saldrá uno, pero podría ser A, B y C", se muestra prudente.
Encerrados y encapsulados
Este miércoles, 7 de mayo, comienzan las votaciones y los 133 cardenales con derecho a voto quedarán encerrados y encapsulados. Solo saldrán de la Capilla Sixtina para descansar, almorzar y orar en la residencia Santa Marta, donde vivía el papa Francisco hasta su fallecimiento el 21 de abril.
"No nos vendrá mal estar encerrados como los cartujos sin la presión de los medios de comunicación ni las familias, dejándonos solitos a nosotros para estar entre nosotros y con Dios", se relaja Juan José Omella antes de su primer cónclave.
Bromea con el hecho de que "en algún momento de la historia, si se alarga mucha, los dejaron sin comida para acelerar, en ayuno de pan y agua". "Yo no tengo ganas de hacer eso, que hemos pasado la Cuaresma hace poco", concluye el arzobispo de Barcelona.
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"Yo pido a todos los que me escuchan que recen para que nosotros estemos atentos a lo que nos sugiera el Espíritu Santo y que pidan que nos inspire. Siempre nos ha dado el papa que más convenía y al principio sorprende, pero luego poco a poco se va ganando el corazón de la gente y da respuesta a lo que esperábamos en muchas cosas que ni habíamos intuido", concluye.