Estos días al menos hemos tenido la alegría de pasar la Nochebuena sin restricciones. El año pasado el Covid nos impidió juntarnos a pesar de que las cosas estaban un poco revueltas familiarmente hablando. Este año nos hemos podido reunir todos: mi madre, mi hija, su novio, mi sobrina, mi hermana, mi cuñado, su hermana, su marido y el padre de mi hija con su pareja. Hay mucha gente que se sorprenderá de que el padre de mi hija pueda venir a una celebración familiar. Siempre os he dicho que Alejandro es mi familia y yo sé que pertenezco a la suya también. Fui muy feliz porque todos hayamos participado de esa noche junto a mi madre. Hice un año más el pavo de mi abuela. Ya no sé si es de mi abuela o de qué abuela es. Os confieso que de un año para otro se me olvida la receta. Al hacerlo una sola vez al año se me olvidan los ingredientes. Así que le voy echando de todo lo que me suena por si acaso. Lo importante es que salió bueno. No sé si mi abuela dirá desde el cielo: “Menuda mierda de pavo has hecho. No digas que ese es mi pavo”. Lo que deseo es que todos lo hayáis podido celebrar esa noche tan especial con todos vuestros seres queridos. ¡Felices Fiestas!