Esta semana quiero empezar agradeciendo a todas esas personas que nos siguieron, nos arroparon y nos hicieron líderes la noche del pasado miércoles en la ‘Sálvame Fashion Week 2022’. ¡Madre mía, todavía estoy cansada! Me di cuenta de que ya no estoy para tantos trotes. Al final, estos programas especiales hacen que salgamos de alguna manera del universo de ‘Sálvame Diario’ para que haya entre nosotros mucha más complicidad, más compañerismo, buen rollo y mucha más diversión. Nervios los teníamos todos, pero unos más que otros, como todo en la vida. La satisfacción de haber realizado ese espectáculo que haya gustado y entretenido es nuestra mejor recompensa. Todo lo bueno siempre tiene algo malo, y en este caso fue la caída de mi querida Chelo García Cortés, que le ha provocado esa rotura del radio. ¡Cuánto lo siento, amiga! Sé que lo estás pasando mal y espero que tras esa operación a la que te has sometido esta semana todo vaya mejor. Eres una campeona, una luchadora y nunca tiras la toalla, y eso es de personas muy grandes. Participé en cinco desfiles. Ponernos ese mono negro en el primero fue una prueba que nos costó a muchos. Luego nos relajamos y, si no hubiera sido por ese accidente de Chelo, lo hubiéramos disfrutado, sin duda. Quiero dar las gracias a Carmela Rosso y a todo su equipo, que en 48 horas me hicieron ese mono rojo con una sobrefalda impecable en su costura. Carmela, gracias por confiar en mí y que te pareciera bien que luciera tu diseño. Por cierto, ya está en marcha el vestido que me está haciendo para la boda de Kike Calleja. Lo mismo las próximas semanas os desvelo algún detalle de cómo va a ser. En ese programa pasaron muchas cosas, pero os tengo que decir que a Ana María Aldón la vi más tranquila de lo que yo hubiera estado. No sé si es que tiene la capacidad de llevar los nervios por dentro y no hacerlos visibles. Para ella fue un reto y creo que tuvo mucho mérito hacer esos modelos en solo seis días. ¡Tela marinera, nunca mejor dicho! Espero que esto le dé muchas satisfacciones a ella. Todos nos sorprendimos cuando vimos a Ortega Cano sentado entre el público. Me pareció normal que estuviera apoyando a su mujer en su debut ante toda España. El torero y yo nos saludamos durante una publicidad de una manera muy natural. No tuvimos mucho tiempo para hablar nada más que del trabajo que había hecho Ana María. También tuve la ocasión de saludar de una manera cariñosa a su hermana, Mari Carmen, y a su cuñado, Aniceto, que es una de las mejores personas que he conocido en mi vida. Fue todo un poco surrealista porque allí estaba también mi hermana Rocío Carrasco, pero no se cruzó con Ortega Cano en ningún momento.