¡Lo sé todo del ingreso de Urdangarin en prisión! Discretamente, ya se están haciendo gestiones al respecto, aunque el Supremo no haya dictado sentencia y el bueno de Pascual Vives siga defendiendo, cada vez más enronquecido, su inocencia. Hablo con un alto funcionario de prisiones, quien me ruega anonimato. “El cuñado del Rey solicitará su ingreso en un módulo de respeto de un centro tipo. Descartados Catalunya, por tener asumidas las competencias, Nanclares de Oca, donde hay demasiados miembros de ETA aún, y las prisiones pequeñas, donde es fácil que un fotógrafo consiga alguna imagen, probablemente opte por los centros más modernos de la Comunidad de Madrid. Podrían ser Navalcarnero o Aranjuez, pero la favorita es Estremera”. Tienen menos de veinte módulos (incluidos los de respeto), con poca población reclusa, polideportivos mejores que los de muchos pueblos, centros culturales, están bien comunicados y garantizan el anonimato al recluso y a sus familiares. Le pregunto a mi garganta profunda cómo será el ingreso de Urdangarin. “El primer día lo valorarán un médico, un psicólogo y un trabajador social. Al firmar la petición para ingresar en el módulo de respeto, se comprometerá a ducharse cada día, a mantener limpias las instalaciones, a ser respetuoso y a integrarse en las actividades socioculturales, desde cursar una carrera en la Uned hasta recibir clases de capoeira de los brasileños presos por tráfico de drogas. Probablemente, él dará clases de educación física a los otros reclusos. ¡Estará muy solicitado!”. No hay periodo de aislamiento, ocupará una celda con lavabo y retrete, las duchas son colectivas. Podrá salir al patio cuando quiera, tendrá dos visitas semanales, un vis a vis cada veinte días en un cuarto especial, y por buena conducta le pueden conceder uno extra. “Los hijos no creo que vayan a visitarlo. Es una experiencia demasiado traumática”. Pregunto si temen por su seguridad. “En absoluto. Estará con presos no conflictivos. Y además a estos personajes les bailan el agua, por dinero, por prestigio, por influencias… No tiene nada que temer”. Y concluye: “Se come muy bien, incluso se dan clases de cocina. Y aunque ahora le parezca imposible, ¡hará amigos!”.