Me llegan rumores de que María Teresa Campos está tristona. La llamo justo antes de irse a Málaga. “Pilar, estoy muy bien, estos días de mal tiempo no hemos salido porque Edmundo odia el frío, y a mí me gusta ver cómo caen la lluvia y la nieve tras los cristales… Muy a gusto los dos en casita…”. ¡Es tan mona!