Vive Dios que me he olvidado de su nombre, pero es igual porque su apodo se ha vuelto tan legendario como los del Morrosko de Cestona, la Niña de los Peines o el Pequeño Ruiseñor. ¡Chatarrero! Un oficio honrado y humilde.

Sí, pero…

Ya se ha convertido en el epítome de la seducción, del hechizo sensual y poderoso del hombre-hombre. ¡Pieza que ve, muesca para su pistola! Y es de morro fino porque liga con la Martínez-Bordiú y con Simoneta Gómez-Acebo. Ya que sus rasgos se alejan bastante del canon de belleza griego, podemos hacer apuestas sobre dónde radica su irresistible atractivo. Con este currículo, no descarto que se ponga a anunciar Varón Dandy, Ducados o coñac Soberano… ¡Es de la raza de don Juan Tenorio y Julio Iglesias! Ah, me apuntan que se llama Luis Miguel Rodríguez. ¿Me pueden dar su teléfono, por favor? (es para una amiga).