Mayka Navarro

Mayka Navarro

Madeleine

"Sigue la búsqueda a contrarreloj de la pequeña Madeleine"

Casi dos décadas después de la desaparición de Madeleine McCann en el Algarve portugués, se ha realizado una nueva búsqueda. Se formó un equipo conjunto de policías de Alemania y Portugal que rastrearon casas abandonadas, pozos y descampados en busca de indicios que permitan a la fiscalía alemana formalizar una acusación contra el principal sospechoso del asesinato de la pequeña, el alemán Christian Brückner. La búsqueda se realizó en una zona cercana a la pedanía de Praia da Luz, un turístico enclave costero a pocos kilómetros del municipio de Lagos, de donde desapareció Maddie cuando tenía tres años. Una niña llena de vida, con unos ojos azules preciosos que permanecen clavados en el corazón de las personas que durante estas dos décadas han seguido de cerca el drama de una desaparición repleta de incógnitas.

No hay pruebas

Esta vez, los investigadores han trabajado con un gran hermetismo. A pesar de la presencia de numerosos medios de comunicación llegados de todos los rincones del mundo, apenas ha trascendido información sobre los resultados de la búsqueda, si han logrado encontrar esos restos de ADN o nuevos testigos que vinculen al sospechoso con la víctima. La policía portuguesa se limitó a explicar que ejecutaba una orden europea firmada por la Fiscalía de la ciudad alemana de Braunscheweig, que en el 2022 identificó formalmente al alemán Christian Brückner como el sospechoso de la desaparición de la pequeña, aunque carecen de las pruebas suficientes para acusarle formalmente.

Los investigadores utilizaron maquinaria pesada, como una retroexcavadora, con la que movieron terrenos, y a los bomberos portugueses se les vio drenando y buscando en un pozo. El área de búsqueda es un descampado en los márgenes de una urbanización en Atalaia, vecindario muy próximo a la pedanía de Praia da Luz y por donde fue visto y ubicado el sospechoso coincidiendo con la desaparición de la pequeña. Las autoridades han focalizado sus esfuerzos en varias edificaciones, algunas ya en ruinas o abandonadas. Entre ellas, una en la que vivía el sospechoso y que en esos días tenía una carpa instalada en el exterior, junto a la caravana con la que el alemán se movía por la zona.

Búsqueda contrarreloj

Maddie McCann desapareció el 3 de mayo de 2007 del apartamento en el que dormía junto a sus hermanos gemelos de 2 años mientras sus padres cenaban fuera con unos amigos en el complejo turístico en el que pasaban unas vacaciones familiares. Su desaparición dio la vuelta al mundo, y en las casi dos décadas que han pasado desde entonces han proliferado los documentales, series y pódcast que destripan la desaparición de la menor. Además de todo tipo de teorías, algunas disparatadas, que han hecho correr ríos de tinta. La última búsqueda fue en 2023 y se centró en un embalse situado a 50 kilómetros del complejo turístico donde su familia se hospedaba y que también había sido frecuentado por Brückner.

Para las autoridades alemanas, el principal sospechoso del secuestro y asesinato de McCann es Brückner, de 48 años. El hombre se hallaba en las proximidades cuando la niña desapareció, según la señal de su teléfono móvil y además hay un testigo que asegura que el sospechoso le confesó el asesinato de la pequeña. Actualmente el hombre cumple una pena de siete años de prisión en Alemania por la violación en 2005 de una mujer estadounidense, también en el sur de Portugal, que podría dejarlo en libertad en septiembre de este año tras ser absuelto de otros cargos de violación y abuso sexual infantil en octubre de 2024.

Esto supone para las autoridades un elemento de presión, ya que, si no logran las pruebas necesarias, Brückner podría salir de la cárcel sin una acusación formal por la desaparición de la pequeña. El alemán siempre ha negado cualquier vinculación con la muerte de la niña. Veinte años después, Kate y Gerry McCann siguen buscando a su hija con la fe de aquellos días, pero sin la solidaridad incondicional que recibieron entonces. “Aunque la posibilidad sea mínima, no perdemos la esperanza de que Madeleine esté viva y podamos reunirnos con ella”, escribieron en mayo del 2022.

La sombra de la duda

Brückner es el cuarto sospechoso en todos estos años. El primero fue Robert Murat, que en 2007 traducía para la policía, ayudaba a la prensa y pululaba por el Ocean Club, el escenario del suceso, a 200 metros de su vivienda. Pasó de colaborador informal de los investigadores a sospechoso número uno. Robert Murat pudo ser al caso Madeleine lo que Dolores Vázquez al caso Wanninkhof, aunque la falta de pruebas que lo incriminasen impidió que acabase ante los tribunales. Eso sí, el precio personal y emocional que pagó fue terrible y así lo describió en uno de los documentales que se hicieron sobre la pequeña y en el que el hombre narró los interrogatorios que sufrió por parte de la policía portuguesa. 

Señalados y vilipendiados

Los primeros momentos de la desaparición, los vecinos de Praia da Luz (poco más de 4.000 en temporada baja y 20.000 en verano) se volcaron en la búsqueda y en arropar a los McCann, que acudían a diario a misa en la iglesia Nuestra Señora de la Luz, paseaban por la playa y comparecían ante la prensa a diario para mantener viva la investigación. Kate aparecía con la mirada perdida y aferrada siempre a un gato rosa, el peluche favorito de su hija. La investigación portuguesa, que dirigía el entonces inspector de la Policía Judiciaria Gonçalo Amaral, se centró sobre Kate y Gerry McCann. Ambos fueron señalados y vilipendiados por medio mundo que pasó de tenerles compasión a sospechar de ellos. Especialmente de la madre, cuya mirada perdida ya no era interpretada como un gesto de sufrimiento, sino como la frialdad de una asesina capaz de acabar con la vida de su hija. 

Una búsqueda millonaria

Aunque para algunos, la sombra de la duda sobre la responsabilidad de los padres siempre sobrevolará, lo cierto es que tanto la policía británica como la alemana confirmaron que carecían de toda base. Gerry y Kate fueron recibidos por el papa Benedicto XVI e hicieron giras internacionales. Contrataron especialistas en comunicación que dirigieron su estrategia como una campaña política y a la agencia de detectives Método 3, que desde el primer momento defendió la tesis del secuestro por parte de un pederasta. Los padres denunciaron a cuatro medios que les difamaron y lograron una indemnización de 705.000 euros, que destinaron a la fundación que gestiona la búsqueda. Solo la investigación de la policía de Londres desde 2011 hasta el 2022 había costado más de 13 millones de euros. Desde 2007, y acaso para siempre, Praia da Luz dejó de ser conocido como el lugar del Algarve donde veraneó Paul McCartney para convertirse en el lugar donde desapareció Madeleine McCann.