Mi vocación frustrada es ser actor y cantante. Hice B.U.P. y C.O.U. en un colegio del Opus Dei y recuerdo que antes de elegir estudios universitarios nos hicieron un test para saber qué tipo de carrera se adaptaba más a nuestras habilidades.

Cuando mis tutores vieron mis resultados me convocaron urgentemente a una reunión y los encontré absolutamente escandalizados. Creo que ahí ya detectaron que iba a acabar presentando ‘Sálvame’. Me propusieron repetir el test pero me negué; eso es lo que había. Me faltó el valor para dejar mi Badalona natal y trasladarme a la capital a probar fortuna. Hace dos años abrí en Madrid Laboratorio de la Voz, esa escuela a la que me hubiera gustado ir: un lugar donde formarme como artista, un lugar en el que pudiera relacionarme con gente con mis mismas inquietudes. La gente a la que más admiro pertenece al mundo del espectáculo. Ser capaz de disfrutar de la música o del teatro me ha librado en muchas ocasiones del abismo.