"Rociíto pasó de ser pasto cutre de programas de televisión a la misteriosa Rocío, objeto de culto"

21 de septiembre de 2016, 11:02

Volver

Fue Rociíto durante años. Muchísimos, diría yo. Tantos, que ya me parece un gran logro que haya conseguido librarse de ese nombre y todo el mundo la conozca por Rocío Carrasco. Vamos, que si te da por pronunciar la palabra “Rociíto” delante de ella lo haces casi pidiendo permiso, en voz baja, como su estuvieras a punto de cometer un delito. Rociíto pasó de ser pasto cutre de programas de televisión a la misteriosa Rocío, objeto de culto del que no se hablaba porque se decía que una sentencia había dictaminado que no era un personaje público y por lo tanto mejor dejarla tranquila para evitar demandas. Porque también hubo una época en la que Rocío y Fidel amenazaban con poner demandas por todo.

De Rociíto todos nos reímos alguna vez porque nos daba motivos continuamente: ahora quiero ser modelo, hoy me caso con Antonio David con el traje más feo que ha parido madre. Y así, hasta el infinito. Sin embargo, con el paso de los años Rocío ha conseguido entablar una relación muy cercana con todos los que nos dedicamos a esto. Se ha trabajado durante muchos años su silencio y ha conseguido hacernos cómplices de su mutismo.

Pero intuyo que todo el escudo que se ha labrado con tanto esfuerzo está a punto de resquebrajarse. Su participación en “Hable con ellas” y la venta de la exclusiva de su boda la colocan en el punto de mira de los francotiradores emocionales. Antes, cuando no salía ni a la puerta de su casa por no molestar, parecía que sus enemigos se apiadaban de ella y no echaban más leña al fuego porque ya consideraban suficiente castigo el que viviera recluida. Pero ha sido poner una patita en la calle y todos aquellos que se la tienen guardada han tardado nada y menos en afilar sus lenguas. No soy amigo de Rocío ni de Fidel pero me caen bien. E incluso entiendo que hayan querido huir de una familia tan conflictiva y poco discreta como los Mohedano. Del tema de su hija conozco sólo una versión así que no tengo datos para pronunciarme. Pero si Rocío Carrasco quiere seguir haciendo cosas en el televisión no va a poder estar callada durante mucho tiempo. El público se está haciendo demasiadas preguntas y su silencio la está convirtiendo en esclava del “si calla, por algo será”. Ella piensa que si no habla amainará el temporal pero está equivocada. No le van a permitir que ser chica de portada de revistas de postín le salga gratis. Llegará el momento en el que tendrá que dar una entrevista porque empiezan a agolparse las voces que no quieren dejar pasar la oportunidad de ajustar cuentas que muchos creían enterradas.

Rechazar y suscribirse

Si quieres actualizar tus preferencias de consentimiento haz click en el siguiente enlace