El drama de Vicky Martín Berrocal: su padre mantuvo dos familias hasta que ella cumplió 21 años

La docuserie que sigue las andanzas de Vicky y su familia ahonda en la doble vida de su padre, José Luis Martín Berrocal. “Nos marcó a fuego a todas”, reconoce Vicky

Anxo F. Couceiro
Anxo F. Couceiro

Redactor de la revista Lecturas

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La docuserie ‘Las Berrocal’ está protagonizada por Vicky Martín Berrocal, su hermana Rocío, su madre Victoria y su hija Alba, pero hay un quinto personaje que las observa desde cada esquina como una presencia fantasmal: su padre, José Luis Martín Berrocal. Antes de fallecer en 2008, el empresario hizo tallar varias esculturas de sí mismo, que hoy descansan en las casas de su viuda y sus hijas, acechándolas con su recuerdo. Todas hablan bien de José Luis, pero todas reconocen también estar condicionadas, de algún modo, por su pecado original, pues durante años Martín Berrocal tuvo dos familias paralelas. 

Una vida rutilante

“Menudo era mi padre. La historia de mi familia no la puedes entender si no sabes cómo era él. De una manera o de otra, nos marcó a fuego a todas”, reconoce Vicky en el documental. ¿Y quién era José Luis Martín Berrocal? Un culo inquieto. Dirigió dos líneas de autobuses con las que hizo una fortuna, pero también fue ganadero, presidente de clubes de fútbol, propietario de la plaza de todos de Las Ventas y promotor de boxeo. Estar involucrado en mil y una batallas y viajes le facilitó mantener una doble vida. “Mi padre vivía dos historias paralelas. Una en Huelva y otra en Madrid”, reconoce Vicky.

Portada Vicky Martin Berrocal
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En la capital vivía con su pareja oficial, Marisa del Molino, con la que tuvo tres hijos, y en el sur se encaprichó de la madre de Vicky, una joven que acababa de ganar Miss Huelva y trabajaba en una boutique. Los tres hijos madrileños de José Luis se criaron como una familia adinerada en La Moraleja. Las Berrocal, como hijas de una dependienta en Huelva que vivía con sus padres en un ático. José Luis, eso sí, les pagó los estudios a sus hijas.

Se destapa la mentira

José Luis no fue honesto con Victoria. “Él jugó su juego. Su verdad, contada de inicio, podría haberle dejado sin historia de amor, y entendió que era mejor esconderlo”, dice Vicky. Su madre se enteró de que tenía otra familia por boca de la mujer de un amigo común. Cuando quiso confrontar a José Luis, él le dio evasivas. “¿Tú no me tienes que contar una cosa?”, le preguntó. “Sí, otro día”. “Otro día, no: ahora”. Todo salió a la luz. “Cuando mi madre se entera de que mi padre tenía una familia ya era muy difícil apartarlo porque estaba enamorada hasta las trancas”, admite Vicky. Y entonces la cosa se complicó aún más. 

Así cuenta Victoria el momento en que Vicky fue concebida. “Loca de amor por él, hacemos el amor en el coche. Él siempre se quitaba, pero ese día no se quitó. Porque no le dio la gana. Le digo: ‘Lo que has hecho está mal. Dios es muy justo y no me voy a quedar embarazada’. Y me contestó: ‘Dios es muy justo y te vas a quedar embarazada”. Efectivamente, se quedó. Victoria pasó sola y en secreto su embarazo, disimulando su barriga, pues tenía miedo de contárselo a sus padres.

Solo cuando estaba a punto de salir de cuentas, se vio obligada a contarlo en el trabajo (que no en casa). A su madre le dijo que se iba con una prima a Sevilla, cuando en realidad se había ido sola a una pensión de la capital andaluza. “De madrugada, el del hostal me llamó un taxi y me fui a dar a luz al hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Y allí parí”. José Luis no conoció a su hija hasta una semana después de venir al mundo. 

Vicky apenas veía a su padre, que se pasaba por casa de Pascuas a Ramos. Nueve años después, llegaría al mundo su hermana Rocío y la situación no cambiaría. Pese a esta inconstancia, cada vez que José Luis aparecía, la casa se paralizaba. Todo tenía que estar impecable: le ponían de comer lo mejor que había y las niñas se vestían de gala. “Yo lo pasaba mal, la verdad”, confiesa Rocío. Su madre tenía una filosofía distinta…