"Para Ana Botella, los gays no éramos ni dignos ni decentes"

11 de julio de 2015, 13:31

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Ha sido muy emocionante ver esa gran bandera del arcoíris izada en el Ayuntamiento de Madrid. Desde que Manuela Carmena es alcaldesa, el Ayuntamiento es más digno. Más decente. Antes de Carmena era Ana Botella la que se encargaba de dictaminar lo que era digno y decente. Para ella, los gays no éramos ni una cosa ni la otra. Supongo que seríamos –lo seguiremos siendo– seres humanos dignos, sí, pero de compasión. Sin Gallardón, Aguirre, Ignacio González y toda la tropa se respira mejor en la capital. Esta semana he visto en televisión a varias cacatúas echarse las manos a la cabeza por los desmanes que se producen en las carrozas del Orgullo. Lo de siempre, un coñazo. Representan a una España trasnochada, oscura, sectaria y siempre dispuesta a coartar las libertades que no consideren dignas. Otra vez la dignidad. A veces dan ganas de pedir a la gente que vaya al Orgullo en bolas y fornique a discreción, a ver si así dejan mudos del susto a tanta antigualla que anda suelta por nuestro país.

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