Es asquerosamente perfecto. Paso el fin  de semana intentando  encontrarle un “pero” y fracaso en el intento. Alborán tiene buena voz, es simpático, engatusador y además es guapísimo. Una de las peores cosas que te pueden suceder en la vida es enamorarte de alguien como él. Tienes todos los números para acabar sufriendo como una perra porque Alborán gusta a todo el mundo: hombres, mujeres, animales y plantas. Personas como el cantante malagueño deberían ser declaradas Patrimonios de la Humanidad en su sentido más estricto. Todos y todas deberíamos tener el derecho a pasar un ratito de placer con él. Amén.