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Escribir sobre Mila Ximénez es muy agradecido porque la gente se vuelve muy loca. O la aman o la detestan, lo cual quiere decir que como personaje televisivo es un joya porque lo peor que te puede pasar en nuestro campo es provocar indiferencia. Pero no quiero escribir sobre ella como personaje televisivo sino como mi amiga que es. Lo somos desde hace años y estoy muy orgulloso de compartir vida con ella.
Es excesiva, divertida, exagerada, tierna, cariñosa y muy fiel a sus afectos. Todo lo que tiene de fiera lo tiene de Bambi. Es de las que arma un dos de mayo en plató y luego sufre en la soledad de su casa pensando que no debería tomarse las cosas tan a la tremenda. Pero, ¡ay, querida!, en esto de la vida no hay elección. O juegas o ves jugar. Y yo, si fuera colaborador, querría ser como tú. Escribir bien sobre Mila no significa que vaya en contra de Belén Ro, con la que acaba de tener un severo rifirrafe. También quiero a Belén y me encanta esa manera suya de observar la vida de una manera tan disparatada como lúcida.