La familia del Rey debería cuidar la imagen que da Victoria Federica

No resulta muy estético que pase la vida rodeada de un lujo impropio para las chicas de su edad, a no ser que las chicas hayan destacado profesionalmente en algún campo. No es el caso. Desconozco cuál es la ocupación de Federica –si es que la tiene– y la única imagen que tengo de ella es la de una chica enganchada al oropel y a la frivolidad.

El padre se la acaba de llevar a una semana de la moda en París –en París siempre hay una semana de la moda que echarse a la espalda– y la hemos visto hacerse un selfi con Rihanna y asistir a un almuerzo –o algo así– en el que se servía caviar. Yo tenía la idea de que Jaime de Marichalar no apoyaba mucho la decisión de su hija de convertirse en ‘influencer’, pero, visto lo visto, parece que está encantado.

O, al menos, que ha acatado su decisión y que está dispuesto a brindarle todo su apoyo para que sea la más glamurosa del mundo. Debería también impartirle clases de simpatía, aunque no parezca que el exduque de Lugo sea el más apropiado. La niña ha heredado esa mirada condescendiente que el padre dirige al mundo que lo rodea. 

Victoria Federica es de las que todavía no entiende que la gente no le haga una genuflexión al verla. Veremos cuánto le dura su chollo de las redes. Por cierto, hoy lunes seguía disfrutando de la semana de la moda en París. Qué larga se me está haciendo la semana.