Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

Madre Alba Carrillo

"Después de la intervención de la madre de Alba Carrillo intuyo que todos podemos llegar a entender un poquito a Feliciano"

Esperábamos mucho de la madre de Alba Carrillo porque la suponíamos flamencona, desgarrada y muy deslenguada. Pero la señora que se presentó en el Deluxe fue lo más cercano a una decepción. Quizás porque habíamos depositado muchas esperanzas en ella y esperábamos que nos ofreciera un estremecedor espectáculo pirotécnico-verbal o porque estuvo mal dirigida por su hija. Antes de plantarse en las instalaciones de Mediaset Alba le aconsejó que no perdiera los nervios, que estuviera tranquila, que no saltara a las primeras de cambio. La mamá le hizo caso y la cagó. Quiso ser tan exacta en los datos que se olvidó de lo esencial: hablar desde el corazón.

Lucía, que así se llama la mamá, ofreció un relato errático, difícil de seguir, inconexo en ocasiones y aburrido en otras. A veces, mientras hablaba y hablaba sin parar, me invadía la angustiosa sensación de que la audiencia cambiaba de canal por agotamiento. Doy por sentado que madre e hija se adoran pero a veces esas uniones tan estrechas provocan más daño que placer. Empujan a la simbiosis e impiden el crecimiento personal. Alba entró por teléfono para darle ánimos a su madre y creo que contribuyó a que todo fuera un poquito peor. Terminó fuera de sí, gritando como una loca y ofreciendo la peor versión de sí misma. Creo que Alba quedó bien en su primera entrevista pero después de la intervención de su madre intuyo que todos podemos llegar a entender un poquito a Feliciano. La conjunción Alba-su mamá tiene pinta de poder llegar a ser catastrófica.

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