Es un elemento residual de los ochenta en el sentido de que fiesta que se organiza, fiesta a la que acude. Existe una frase atribuida al actor Antonio Gamero que dice: “Como fuera de casa, en ningún sitio”. Lydia no sólo la hace buena sino que no me extrañaría que la hubiera inventado ella y Gamero se la escuchara en algún sarao. Lydia utiliza su hogar fundamentalmente para dos cosas: para ver vídeos de ‘Tómbola’ y para recuperarse de los sofocones que le supone trabajar en ‘Sálvame’. Lydia ríe mucho y llora mucho. Primero una cosa, luego otra y en ocasiones a la vez. La hemos visto derramar tantas lágrimas que hay gente que piensa que ha abusado de ellas pero lo que nadie duda es que, cuando llora, sufre. Otra cosa bien distinta es que su capacidad de recuperación sea muchísimo más rápida que la del común de los mortales. Creo que en otra vida fue un confeti. O una serpentina. En la actual, aparte del cascabel de la fiesta, es una profesional apasionada de su trabajo. Un elemento imprescindible en un programa tan disparatado como ‘Sálvame’.