Uno de los grandes problemas de Rosa es su hija Chayo. Su espinita clavada. Su principal fuente de desasosiego. Habiendo vivido tantos años al lado de una artista inigualable como Rocío Jurado, debe ser normal establecer comparaciones. La cuñada viuda imaginó que su hija sería la sucesora natural de la Jurado, pero es que es imposible pensar que alguien tomaría el relevo de Rocío. Eso no significa que la carrera de Chayo sea un desastre. La Benito vive instalada en la sensación de que, siendo su hija tan buena artista, merece más éxito. Pero es que Rosa tiene una idea equivocada del éxito. Rosa piensa que el éxito tiene que ver con llenar estadios, pero no, no es eso. Es vivir feliz con el trabajo que desempeñas, y yo, la verdad, no puedo decir que vea a Chayo como una profesional amargada. Tiene más problemas Rosa Benito con la carrera de su hija que la propia Chayo. En esta profesión se trata de resistir y Chayo lleva ya haciéndolo durante muchísimos años. Lo que sí le pediría es que fuera más cuidadosa con sus tuits. Entiendo que ella deteste la cadena en la que trabajo y así lo manifieste en su Twitter. Pero tampoco debería olvidar que esa cadena a la que tanto desprecia da trabajo a su madre. Hipocresías, las justas. Y en cuanto a la cuñada viuda, decirle que, retuiteando tuits como el que he mencionado al principio, no solo intenta dañar al programa en el que trabajo, sino que además carga directamente contra la labor de muchísimos compañeros. No estaría de más que les pidiera disculpas.