Cuando hablamos de cuidado facial solemos pensar que los tratamientos y productos más caros, por el simple hecho de tener un mayor coste, serán mucho más beneficiosos y ofrecerán mejores resultados. Por eso, cuando vemos a la famosa de turno presumiendo de una piel radiante y luminosa, lo primero que se nos viene a la mente es la cantidad de dinero invertida en productos a los que quizás nosotras no vayamos a tener jamás acceso. Pero nada más lejos de la realidad, o al menos eso nos invitan a creer cuando hablan de sus rutinas de belleza.
Musa y fuente de inspiración para muchas, Jane Fonda (87 años) es toda una caja de sorpresas en cuanto a cuidados de belleza. Ha hablado sin tapujos sobre sus canas, que las luce orgullosa desde 2020, y ha desvelado su secreto para enmarcar su mirada ahora que presume de melena plateada, pero también rompe el mito de que mientras más caros sean los productos que utilizas, mejores serán los resultados.
Con un aspecto físico envidiable (quizás algo tenga que ver la actividad física que desarrolla desde que era bastante joven), Jane Fonda aseguraba en una entrevista en la revista Vogue “no tener miedo a envejecer porque la edad es sólo un número cronológico y lo que importa es la salud”. Por eso, siempre se ha declarado fan de seguir activa y de adaptar las rutinas de ejercicio a las condiciones físicas de cada uno. Como todas las celebrities, alguna vez ha coqueteado con los tratamientos estéticos, pero reconoce no estar a favor de ellos por el resultado que ofrecen.
“He recurrido a los estiramientos en alguna ocasión, pero no estoy orgullosa de ello. Se distorsionó mi imagen y decidí dejar de hacerlo”, confesaba la actriz en esta misma entrevista. “Ahora hay cierta adicción a los retoques estéticos y creo que hay remedios más sencillos para mantenerte bella”, advertía la actriz.
Entre sus remedios favoritos, destacan llevar una dieta sana y equilibrada, dormir lo suficiente y mantenerse hidratada. Eso sí, sin olvidar una buena rutina de belleza en la que no tienen por qué incluirse productos demasiado costosos. “No gasto mucho dinero en cremas faciales, sólo busco mantenerme hidratada y alejarme del sol”, explicaba la actriz.
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Las claves para mantener hidratada una piel madura
La hidratación es clave para que la piel tenga un aspecto saludable. De nada sirve aplicar principios activos que minimicen arrugas y líneas de expresión, aporten luminosidad y reduzcan manchas si la piel no está lo suficientemente hidratada. Lo primero que hay que saber al respecto es que una piel con exceso de grasa o brillos no tiene por qué estar hidratada. Es sólo una característica de la piel que nada tiene que ver con su correcta hidratación o nutrición.
En cualquier caso, y por regla general, las pieles más maduras suelen presentar síntomas de sequedad por lo que una hidratación correcta y profunda se vuelve mucho más importante. Y, aunque pienses que sólo aplicando una crema hidratante conseguirás ese efecto nutriente, hay otros tips que puedes seguir para que la piel presente este extra de hidratación.
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- Apuesta por una limpieza suave: Una piel madura necesita una limpieza que retire impurezas sin arrastrar los aceites naturales. Evita los geles agresivos con sulfatos y opta por leches limpiadoras, bálsamos o aceites, que respetan la barrera lipídica. La doble limpieza por la noche es clave para esa limpieza respetuosa. Recuerda aplicar primero un limpiador oleoso y luego uno al agua.
- Sí a los tónicos: Su uso genera mucho debate, pero en el caso de las pieles maduras está más que aconsejado porque ayudan a preparar la piel para recibir los principios activos. Puedes usar tónicos con ácido hialurónico, pantenol o agua de rosas para retener la humedad y mejorar la penetración de los principios activos que aplicarás después.
- No olvides el sérum: A pesar de que las cremas hidratantes suelen contener un alto porcentaje de principios activos, nada como un sérum, que los presenta en una versión mucho más concentrada y potente. En tu rutina de belleza nunca debe faltar un sérum de ácido hialurónico, pero también puedes incluir sueros con niacinamida, péptidos o vitamina C, que proprorcionan otros beneficios, como luminosidad, textura o un refuerzo de la barrera cutánea.
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- No a las cremas pesadas: Hay que nutrir la piel, pero sin saturarla. Las pieles maduras agradecen emulsiones con ceramidas, manteca de karité, escualano o aceites vegetales como el de argán o jojoba. Elige una crema de textura más densa por la noche y una más ligera pero nutritiva para el día
- Presta atención al contorno de ojos y al cuello: Por alguna razón, estas zonas hay veces que se nos olvidan y no les prestamos la atención suficiente, cuando son las que mayor cuidado necesitan. Apuesta por productos específicos con ingredientes reafirmantes e hidratantes, como la cafeína, el retinol encapsulado o el ácido hialurónico y aplícalos con suavidad de manera circular.
- Hidrata tu piel desde dentro: De nada sirve que utilices los mejores productos, si tu piel no está hidratada desde dentro. Somos un 75% de agua, por lo que no podemos olvidarnos de reponer ese líquido de manera constante. Bebe suficiente agua, incluye grasas saludables en tu dieta y asegúrate de tomar antioxidantes como vitamina E, C y polifenoles.
- Sí a los aceites faciales: Aunque puedan parecer pesados, lo cierto es que son los grandes aliados para que una piel madura se vea hidratada. Aplícalos en tu rutina de belleza nocturna (de día siempre buscamos productos más ligeros) para sellar la hidratación. Algunos de los más recomendados contienen rosa mosqueta, camelia o marula.