Tamara Falcó da un ultimátum a Íñigo Onieva tras la polémica infidelidad: "No hay marcha atrás"

A pesar de este perdón público, Tamara no quiere oír hablar de Íñigo. "La relación está completamente rota y no hay marcha atrás (...) Tamara nunca ha sido una mujer consentidora y ya no pasa ni una", revelaba la periodista Beatriz Cortázar en 'Ya es verano' tras mensajearse con la protagonista. La socialité, destrozada, se refugiaba en casa de su madre el sábado y hasta allí se ha trasladado Ana Boyer y algunos de sus amigos más íntimos para estar a su lado en estos momentos tan delicados. Después de mucho pensarlo y tras eliminar la imagen de su compromiso, la marquesa de Griñón rompía con el empresario también en redes sociales.

Tamara le habría dado un ultimátum a Íñigo Onieva. Tal y como ha contado Leticia Requejo en 'El Programa de AR', la hija de Isabel Preysler le habría pedido que salga del piso que compartían en el centro de Madrid: "Le ha instado a que saque sus cosas de casa y busque otra alternativa para vivir". De momento, ella está intentado evitar cualquier contacto con él por el dolor que eso le supone.

Al parecer, Tamara se creyó la primera versión de Íñigo de que eran imágenes de 2019 pero las pruebas le quitaron la venda de los ojos, una mentira por parte de su prometido que le ha hecho más daño si cabe. Si bien Tamara tiene muy claro que no perdonará al empresario, Íñigo Onieva piensa hacer hasta lo imposible para recuperarla, así lo ha adelantado Antonio Rossi. "Él tiene esperanzas de que la historia se arregle, tal y como le ha contado a sus amigos más íntimos está convencido de que se va a arreglar", ha dicho el colaborador.

Además de pedir perdón a Tamara, Íñigo también quiso ponerse en contacto con Isabel Preysler. La reina de corazones lejos de arremeter contra el empresario le dijo que a ella no tenía nada que decirle. Ella se ha limitado a convertirse en el paño de lágrimas de su hija y según su círculo más íntimo ha respirado hondo de que el matrimonio no se haya hecho efectivo ya que ella no confiaba 100% en las intenciones de Onieva.

Mientras que Tamara e Íñigo hacían gala de su unión durante la tarde del viernes dejando claro que su boda era un hecho "le pese a quien le pese", la salida de pruebas evidentes provocaron una enorme discusión entre ellos. La socialité no dudó en poner distancia de por medio y se trasladaba hasta la casa de Isabel Preysler en la urbanización Puerta de Hierro dejando en su piso a Íñigo Onieva. Lejos de quedarse ahí, Tamara eliminaba la imagen de su compromiso y dejaba de seguir a su ex en redes sociales aunque al menos por el momento mantiene todos los recuerdos junto al empresario.

La pareja ya había elegido la iglesia de Santa Bárbara en Madrid como templo para darse el 'sí, quiero' el próximo 17 de junio. A la espera de la confirmación oficial por parte de Tamara, los invitados de la boda dan por hecho que no se va a celebrar, pero aún no han recibido la cancelación oficial. "Él no deja de llorar" y aún tiene la esperanza de poder remendar su error mientras que Tamara tiene muy claro que la relación no se va a retomar y da la razón a todas esas personas que le avisaban sobre el tipo de persona que era Íñigo, cuenta Beatriz Cortázar.