Mucho se habla de la inexpresividad de ciertos actores. Que si Steven Seagal no varía el gesto, que si Bruce Willis lo mismo te hace de fantasma que de matón de la mafia sin cambiar el rictus… pero, ¿qué nos decís de nuestro Bigote Arrocet? Bueno, nuestro ¡y del mundo entero! La estrategia de Edmundo en ‘Supervivientes’ pasar por ahorrar cuanta más energía mejor, y para ello no piensa ni modificar sus músculos faciales. Tiene mérito no os creáis.

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Y así, como si fuera una cariátide esculpida en un mármol que cada día que pasa es más rojizo, el novio de María Teresa Campos afronta cada situación dentro del reality con imperturbable sonrisa. A veces, llora y sonríe a la vez, tal es su grado zen de absoluta concentración. Que le regañan, muestra sus dientes como perlas, que le atacan sus compañeros, dientes, que le manda besos su ‘Morita’, dientes, que le roban el fular, dientes, que se lo devuelven, dientes… y así podríamos tirarnos dos meses, más del tiempo que lleva concursando.

Con tanta exhibición de piezas dentales pensamos dos cosas: una, que él, a lo youtuber que cuela publicidad sin avisar a sus seguidores, está haciendo promoción a una clínica de salud bucal, o dos, que le ha dado el consejo I.P. y él es la reperesentación ‘pantojil’ de la edición 2017.

Sea como fuere, Edmundo está dando ejemplo con su buen talante y su manera de tomarse las cosas. Prefiere no dar importancia a los roces provocados por la convivencia y seguir con sus meditaciones. María Teresa tendrá que aprender de su chico a sobrellevar así los problemas. Eso sí, que no le toquen el tema de zumo de naranja natural, que ahí no responde, y cambia los dientes por las uñas.