Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

 

Martín Casillas sigue creciendo a pasos agigantados. Su madre, Sara Carbonero, observa ensimismada cada paso que da, cada cosa nueva que aprende. Encantada con la creciente curiosidad de Martín, la periodista lo ha llevado a descubrir sus rincones favoritos del centro de Madrid en una escapada muy especial.

 

Carbonero disfrutó haciendo con su hijo lo mismo que hacía ella cuando era una niña y visitaba la capital con sus padres. La pareja de Iker Casillas recuerda en su blog lo que significaba para ella venir a Madrid para encontrarse con la familia y amigos. Unas reuniones que solían terminar en la Plaza Mayor, uno de los lugares con más encanto de la ciudad, con una Sara en tamaño mini corriendo por toda la plaza y escondiéndose tras los arcos que la circundan, mientras su madre la persigue. Hoy, como ella ha reconocido, las tornas se han invertido. Ahora le toca a ella ponerse en la piel de la madre y ser quien tiene que ir detrás de su pequeño. Además, Martín está en esa edad en la que necesita tocar, andar y mirar todo. Es una esponja. Todo lo absorbe, todo lo aprende. Y eso le encanta a su madre, quien, a veces, envidia la capacidad de sorprenderse con todo que tiene su hijo.

 

Martín ya parece andar solito. Se sostiene de pie y es tremendamente curioso. En el blog de la presentadora lo podemos ver jugando con un perro, con unas zapatillas Adidas iguales a las que lleva su madre (eso sí, las de la presentadora tienen cuña oculta). “Martín no para quieto” cuenta su madre, encantada con el espíritu ‘aventurero’ de su pequeño. Y es que tiene a quién salirle, ya que seguro que su padre y su madre, a su edad, también eran unos buenos elementos. Iker debía de ser deportista desde pequeño, pues fichó muy joven por la cantera merengue, mientras que la vocación de la periodista siempre estuvo muy presente desde que esta tuvo una edad temprana, ya que le encantaba escribir, leer y seguro que no era una niña que se conformaba con el clásico ‘porque sí’ por respuesta.

 

Martín sólo tiene 14 meses y todavía tiene mucho que aprender y con lo que dejar boquiabiertos a sus padres.