Por MASSIMA POTENZA

 

“Para eso están los amigos, para estar en los momentos importantes” y el momento lo era y el amigo lo es y mucho. Raquel Sánchez Silva acudía anoche al reestreno de 'Miguel de Molina al desnudo', en el Infanta Isabel, la obra que ha producido Jorge Javier Vázquez basada en la vida y las memorias del tonadillero malagueño. Sola, casi sin maquillaje, con el pelo suelto y recién lavado y aún mojado desafiando al frío de noviembre. “No pases si no quieres”, le sugirió el presentador ante la inminencia de tener que pasar por el photocall, y sin quitarse el abrigo, lo hizo, eso sí, sólo para hablar y muy bien de él.

 

“Voy corriendo a todas partes. Da igual. Así”, decía Raquel ante la insistencia de los fotógrafos para que se quitara el overcoat beige con piel de zorro que cubría su espalda y dejara ver su estilismo para la noche. Sofisticado, pero casual, en blusa y pantalón de seda morado y naranja. “Va a ser solo unos minutos”. Y así fue. Está más tranquila. Sus apariciones en prensa, después de unas semanas en las que trabajó como presentadora de distintas fiestas de moda, se han reducido y, aunque su nombre últimamente ha vuelto a sonar con la reposición en la pantalla de 'Hable con ellas' y la posibilidad de que su rostro sea uno de los cinco que compone el elenco femenino del programa, ella prefiere mantenerse al margen.

 

“Estoy aquí por Jorge y quiero hablar de él, de lo que significa él en mi vida, que es un gran amigo y que muy poca gente sabe cómo es de verdad. Sale todos los días en la tele pero en realidad es un gran desconocido. Yo creo que estas cosas le dan más a conocer que esas horas de televisión. Actualmente, mucho de Jorge, casi toda su energía y sus ganas, se las llevan proyectos como éste o como el Laboratorio de la voz y eso dice mucho de él”, señalaba la presentadora a los micrófonos. Y tanta es su confianza en el rey Midas de la televisión que se pondría en sus manos si éste se lo pidiera. “Pero de protagonista nada. Eso él. Yo corista. Al final, voy a tener alma de corista”, sentenció entre risas antes de entrar a ver el espectáculo acompañada de Sandra Barneda, quien confesó que sudó tinta con la entrevista a Teresa Romero aunque “en todo momento yo quería que el público viera que ella es una víctima”, repetía de la enfermera contagiada por ébola.

 

Quizás porque, volviendo a lo que decía Raquel, para vedette ya está ella y cómo es ella, Topacio Fresh. “Vengo al estreno de un casi compatriota. ¿Tú sabes que Miguel de Molina era amigo de Paco Jamandreu, el diseñador de Evita?”. Y no hizo falta responderle que no o que te lo imaginabas porque Topy te hacía la reinterpretación total de esta historia de amistad basada en fiestas, noches y hombres, muchos hombres. “A veces, les metían en la cárcel por escándalo público. Jamandreu decía 'dejáme hacer un llamado'. Y quien cogía el teléfono al otro lado era la primera dama”, quien por cierto dijo en una ocasión “no hay nada peor que ser pobre y maricón”, una frase que es casi un mantra para los gays argentinos.

 

De un poco más al norte volvía anoche casi directa Cari Lapique con su marido, Carlos Goyanes. De Miami. Que Carla acaba de ser mamá y “tiene un niño nuevo. Y qué guapo es mi niño. Qué te voy a decir yo, que soy su abuela”. Y tampoco nadie podría decir que Cari es abuela y por partida cuadruple. “No seas zalamera, que no me voy a quitar el abrigo de cómo me he puesto… Miami me mata”. Más que Miami la dieta americana y “en Navidades, más”, decía la 'socialité', con un tipazo envidiable, ante el asentimiento de Jorge Javier Vázquez, más delgado y con un jersey en dibujos geométricos en blanco y negro, ejerciendo con nervios de anfitrión. “No pases si no quiere”, le volvía a decir también a Susana Griso. “Jorge, que tendrás que hacer promoción…”, le replicaba la reina de las mañanas de A3.