Parejas famosos
· David Bisbal
La novia de Bisbal confiesa un duro capítulo de su vida
Sufrió un secuestro exprés hace ocho años que la ha dejado terriblemente marcada
Con un vídeo grabado en primer plano, hablando directamente a la cámara y exponiendo uno de los momentos más complicados de su vida, cuando fue secuestrada, Rosanna Zanetti, novia de David Bisbal, ha contado lo difícil que lo tienen sus compatriotas venezolanos.
“Todas las personas que viven en el extranjero me preguntan si la crisis que se vive en Venezuela es tan fea como se ve en las noticias. Y mi respuesta siempre es: no. No porque es muchísimo peor. No hay medicinas, no hay alimentos, no hay seguridad. Muchos desconocen que yo hace 8 años sufrí un secuestro exprés, y fueron las cuatro horas más eternas y horribles de toda mi vida. Hay una crisis económica, política y social que afecta a todos los venezolanos, a todos sin ninguna distinción y es por eso que mañana, primero de septiembre todo Venezuela se ha movilizado para asistir a la marcha a la gran toma de Caracas, de forma pacífica y organizada para demostrar que la mayoría quieren referéndum revocatorio que lo exigen, que quieren la fecha y que quieren que sea este año. Mi mamá va a estar ahí, y mi hermano, mis tíos, mis primos… mi familia entera. Venezuela entera va a estar ahí luchando por su futuro. Así que mucha fe, mucha fuerza y muchas bendiciones a los que van a estar ahí presentes”.
Rosanna hace referencia a un episodio durísimo que, aunque solo duró cuatro horas, a ella la ha dejado marcada de por vida. Ella fue víctima de los famosos secuestros exprés, con los que se consigue extorsionar a familias pidiéndoles recompensas económicas a cambio de volver a ver a su ser querido. Son bandas sin escrúpulos a las que no les tiembla el pulso a la hora de emplear la violencia para obtener su objetivo económico.
Describe lo complicada que es la vida en su país. Una Venezuela que agoniza, y a la que se le han cortado las alas. Que pide avanzar y que no la dejan. Sin medicinas, con descontento social generalizado y crispación política, el pueblo venezolano no se rinde y no pierde lo único que no le han quitado: las ganas de luchar.