Hace casi un año que a Natalia Verbeke le cambió la vida por completo con el nacimiento de su hija. Ahora, ya puede compaginar los cuidados de su pequeña con su agenda profesional. La argentina ha sido una de las protagonistas de la nueva edición del Festival Internacional de Magia y, no nos vamos a engañar, nos moríamos de ganas por saber qué balance hace de estos casi 365 días como mamá primeriza.
La actriz tiene claro qué es lo más mágico que tiene a su lado: “Chiara, eso es lo más mágico”. Su hija ha llenado de ilusión a Natalia y a su chico, Marcos Poggi. Verbeke es muy reservada con su vida personal y prefiere mantenerla en la intimidad. Por esta razón no es muy dada a hablar públicamente, pero esta vez no ha podido evitar sonreír mientras se derretía en halagos hacia su bebé: “Es muy grande, muy divertida y cada día se parece más a mí”. ¿Y esa impresión habrá generado 'celillos' y algo de envidia en Marcos? “Para nada, porque tiene mi cara y el cuerpo del padre. Es alta, delgadita y perfecta”, ha matizado.
Natalia Verbeke nos ha sorprendido al admitir que antes no le gustaban los niños, pero el vivirlo en sus propias carnes le ha hecho cambiar de opinión: “La maternidad me sorprende todo el tiempo, la verdad. Nunca he sido muy niñera, me gustan, pero solo la mía y no sabía cómo es esto, así que me voy sorprendiendo. Descubro con ella absolutamente todo. Es muy bonito y estoy alucinada”, confiesa muy emocionada.
La maternidad le llegó pasados los 40 y, en contra de lo que se pueda pensar, no echa en falta ningún aspecto especial previo a convertirse en madre: “He cambiado poco. Quizá estoy más protectora en general pero, la verdad, es que no me ha cambiado tanto. Sigo siendo la misma. Quizá no pueda ir tanto al cine como antes pero, realmente, no me ha cambiado tanto”.
Tras ser madre, Natalia Verbeke se propuso recuperar su físico. Mucho ejercicio y una alimentación muy equilibrada le han servido para conseguir unos objetivos que saltan a la vista.