La reina Máxima de Holanda despidió entre lágrimas a su hermana pequeña, Inés Zorreguieta, fallecida el pasado jueves a los 33 años. El entierro tuvo lugar en el Memorial del Pilar, un cementerio privado al norte de Buenos Aires. La ceremonia del sepelio duró unos 40 minutos y en ella, Máxima, acompañada de sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariana, así como de sus hermanos, cantaron en honor de la fallecida, que adoraba la música. Entre las canciones que interpretaron hubo un tema de Bob Marley y otro de Bob Dylan.

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Máxima de Holanda

Máxima, con un ramo de flores blancas, se mostraba desolada. Sus hijas tampoco pudieron reprimir el dolor, en especial la mediana, Alexia, muy afectada, y rompieron a llorar en algún momento de la ceremonia. El rey Guillermo, el gran consuelo de Máxima en estos duros momentos, ocupó un segundo plano, por detrás de su esposa, de su suegra, María del Carmen Cerruti, y de sus cuñados.

Inés Zorreguieta, la hermana favorita de Máxima, padecía un cuadro de depresión, además de haber sufrido trastornos de anorexia. Máxima seguía muy de cerca los problemas de su hermana e incluso trató de convencerla de que se fuera a vivir con ella a Holanda. Inés, psicóloga de profesión, trabajaba desde 2016 en el ministerio de Desarrollo Social del gobierno de Macri.

En la mañana del pasado jueves, la madre de Máxima e Inés, María del Carmen Cerruti, acompañada de una amiga acudió al apartamento de su hija al ver que no contestaba sus llamadas. La amiga tenía un juego de llaves, pero la puerta estaba cerrada por dentro, de modo que tuvo que forzarla para conseguir acceder al interior de la vivienda. Allí se encontraron el cuerpo sin vida de Inés, en lo que todo parece indicar que fue un suicidio, si bien el informe oficial no se dará a conocer hasta la próxima semana.